El debate del artículo 24, convertido en una guerra religiosa

Sr. Director de Al Calor Político

Con motivo de la diversidad de opiniones que se han vertido en su portal relacionadas a las reformas al artículo 24 constitucional, algunas de ellas muy sectarias por parte de católicos y evangélicos, quisiera recomendar a los lectores de su portal informativo dos obras que en mi opinión son muy valiosas para arrojar luz sobre el tema, cuyos autores son muy objetivos al abordar temas como la separación iglesia-estado y el estado laico; estas obras son: La Lucha entre el Poder Civil y el Clero de Emilio Portes Gil y El Estado Laico en México de Salvador Valencia Carmona, ambos trabajos histórico-jurídicos pueden ser descargados gratuitamente del internet.

Adicionalmente a las lecturas sugeridas, aprovecho para dirigirme a quienes han opinado acerca del tema, tanto a católicos como evangélicos, para precisarles que cuando Juárez impulsó las leyes de reforma y todo lo concerniente al estado laico hace mas de 150 años, allá por los años de mil ochocientos cincuenta y tantos, época en que la población era casi en su totalidad católica, si acaso los evangélicos eran un número incipiente de unos cuantos centenares en todo el país que se reunían en casas porque no había templos evangélicos, ni era fácil conseguir una Biblia y los pocos pastores que había carecían de preparación e influencia social, fue entonces cuando se estableció el estado laico y la separación iglesia-estado, los protagonistas fueron católicos liberales en el ejercicio público que se levantaron contra los privilegios de una clase clerical conservadora que tenía sojuzgada la conciencia del país, revisen la historia católicos y evangélicos y notarán que en aquel movimiento de reforma que es el antecedente histórico del artículo 24 constitucional, los evangélicos tenían una nula presencia en el escenario político del país, fue un movimiento de católicos pensantes contra la alta jerarquía católica obtusa y retrograda, fue una lucha política, no religiosa ni teológica, no se buscó la definición de dogmas de fe, sino un marco legal que le diera a México la posibilidad de conquistar su destino como país. En esa confrontación los escasos evangélicos de la época fueron simples espectadores, aunque si bien es cierto que a la postre el establecimiento del estado laico favoreció el avance de las diversas corrientes evangélicas, siendo esto más notorio de unos 50 años a la fecha.

Católicos como evangélicos estamos dando palos de ciego, hemos convertido el debate del artículo 24 constitucional en una guerra religiosa que nada enriquece el tema. La realidad actual de nuestro México exige la congruencia de todos en la forma de vivir diariamente el evangelio de Jesucristo, la sociedad espera de ambos bandos un serio compromiso con la verdad, la justicia, el amor, la solidaridad, el bien y nos dejemos de una vez de contradicciones estériles donde lo único que logramos es exhibir nuestros vacíos existenciales, que si el catolicismo va en retroceso…que si solo falta que nos encueremos…que si la estadística del INEGI…etcétera, son cuestiones que ni al caso, unos y otros debemos documentarnos, investigar los antecedentes históricos y jurídicos, opinar con conocimiento de causa, debatir con respeto, conocer el porqué de un artículo 24 constitucional, San Pablo dijo: Examinen todo, retengan lo bueno (1ª Tesalonicenses 5:21), así es que si católicos y evangélicos queremos contribuir asertivamente en el replanteamiento del estado laico, primero comencemos a vivir un cristianismo ético y congruente que sea de bendición para México.

Sr. Director, muchas gracias por esta oportunidad.

Carlos Othón Flores González