El Índice de Capital Humano 2018

El Banco Mundial recientemente ha publicado The Human Capital Project, es decir, los resultados del Índice de Capital Humano 2018, el cual es una métrica sencilla que genera mucho impacto en los países que se toman en serio las evaluaciones internacionales y deciden crear o modificar políticas públicas para revertir los malos resultados.

El Índice de Capital Humano, dado a conocer en la recién concluida y muy interesante Cumbre Anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial celebrada en Bali, Indonesia, se compone de tres elementos:

1. Sobrevivencia, en concreto, la tasa de mortalidad de los niños y niñas menores de cinco años.
2. Años esperados de aprendizaje escolar ajustados, o sea, información sobre los años de escolaridad de quienes tienen 18 años combinada con mediciones sobre la calidad educativa.
3. Salud, basado en dos componentes: a) la tasa de retraso en el crecimiento y, b) la tasa de sobrevivencia de los adultos.



Una mirada al Índice revela que los países asiáticos están en los primeros lugares. Singapore (1), Korea del Sur (2), Japón (3) y Hong Kong (4). Nuestro país está en el lugar 64. Para darnos una mayor idea, nuestro vecinos y socios, Canadá y Estados Unidos, se ubican en los lugares 10 y 24, respectivamente. Entre el lugar 11 y 20 están únicamente países europeos.

Esta métrica internacional debe llamarnos mucho la atención. En primer lugar, hay que destacar que esos países, a mitad del siglo pasado, venían de condiciones de desarrollo peores a las que tenía México. Tales países son los ejemplos preferidos de algunos de mis profesores de economía de la UNAM sobre quienes sí hicieron, en materia económica, su tarea a diferencia de nuestro país. Todavía en la preparatoria -excepto Japón que ya había logrado desarrollarse- recuerdo que eran también ejemplos de la futura competencia para nuestro país.

Las décadas se han ido. En materia de investigación, desarrollo, innovación, en suma, de creación de capital humano, el tiempo no perdona. A décadas de un modelo económico que no produjo crecimiento y de un sistema político que con la corrupción lo ha frenado, ahora incluso hay que sumar lamentablemente el cáncer que representa la inseguridad: esta misma semana, otro Índice, el de Competitividad Global, da cuenta que México cayó dos lugares y que la inseguridad sí está afectando nuestra economía.



La apuesta que esas sociedades asiáticas han hecho por la educación realmente sorprende. No se trata solamente de programas, acciones o políticas públicas a nivel gubernamental sino de una cultura por la educación que ya adoptó la población. Advertir ese fenómeno conmueve y genera reflexión sobre lo que hemos dejado de hacer. Así me sucedió, por ejemplo, cuando realizaba mi investigación doctoral en Turín, Italia, toda vez que a lado de la residencia de estudiantes donde vivía, está ubicado el Politécnico de Turín. El número de estudiantes asiáticos era abrumador. Y lo sorprendente es que así es cada vez más en muchas universidades de Europa, Estados Unidos y Canadá.

Pienso que el esfuerzo y logros en capital humano de esos países asiáticos no permite ser autocomplacientes, por ejemplo, cuando se dice que nuestra Universidad Veracruzana es líder en el sureste del país. La competencia persiste y es hacia fuera.



Consejero electoral del INE
@Jose_Roberto77
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