El mensaje de los Mayas es que debe haber un cambio de conciencia

“El mensaje de los Mayas es entender que debe haber un despertar de conciencia que tú mismo generas que no da ningún gurú ni ningún amuleto”, señaló Mónica Ávalos Lira, especialista en el estudio del Calendario Maya.

Esto respecto a lo que la gente cuenta sobre el fin del mundo y las profecías mayas que algunos dicen que será este viernes 21 de diciembre.

Con la observación de ciclos planetarios y estelares, los mayas determinaron que este 21 se cierran dos ciclos, uno de 5 mil 125 años que forma parte de uno más grande de casi 26 mil años; el tiempo que tarda no sólo el planeta, sino también el sistema solar en cumplir ciertas vueltas.

“Digamos que va a comenzar uno nuevo de 26 mil años. Es el fin del Calendario Maya no del tiempo ni del mundo. Ni habrá catástrofes”.

En entrevista, la especialista refirió que estos ciclos corresponden a la misma naturaleza, ya que están presentes y son como espirales. Al respecto, dijo que la gente tiene que realizar un trabajo interno.

“Tiene que ver con un trabajo interior, no hay una preparación específica de que compres comida porque se va a oscurecer o garrafones con agua, tiene más que ver con estar bien, contentos, no tener ninguna emoción densa o rencor con nadie”.

Destacó que es un despertar individual que se manifiesta en lo colectivo; no es únicamente la conservación de la naturaleza, sino aprender a convivir unos con otros.

Ávalos mencionó que la Tierra aumenta sus vibraciones y como el ser humano es una extensión de ella, lo que debe hacerse es mantener una frecuencia alta, que se consigue con emociones y pensamientos elevados.

“Si empezamos a vibrar en el perdón, amor, compasión, alegría; en el compartir y no en el competir, entonces podemos ir creando una conciencia colectiva más armoniosa. Ese es el mensaje, el cambio no viene de afuera es una decisión personal”.

Por ello, recomendó que la gente debe estar en armonía consigo misma y con los demás, en ánimo de mantener un ambiente de paz.

“Es un reseteo general, tenemos la oportunidad de dejar de lado lo que no nos sirve, lo que nos ha hecho sufrir y empezar a vivir desde el corazón y no desde la mente; sentir al otro en vez de juzgarlo. Abrazarlos más, querer lo que nos pasa, en vez de quejarnos y criticarnos. Es la recomendación que te van a dar muchos”, concluyó.