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Sección: Estado de Veracruz

El mundo necesita de los recursos naturales que tiene América Latina

- Europa vive el decrecimiento social, económico y ambiental, en tanto Latinoamérica vive el crecimiento sin límite ambiental

- Bárbara Göbel afirma que en Berlín hay más información de ecosistemas en México, que lo que aquí se sabe

- La dimensión ambiental debe estar en lo cotidiano, hacer todo de manera más sustentable

?ngeles Gonz?lez/Exclusiva Xalapa, Ver. 13/05/2013

alcalorpolitico.com


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El hambre por recursos ya no es algo que sólo padezcan Estados Unidos o Europa, sino que hay nuevos actores en el mapa como China o India que necesitan de la naturaleza de América Latina.

Lo importante es preguntarse qué futuro nos imaginamos, qué lógicas de crecimiento pensamos, qué entendemos como progreso si se toma en cuenta la dimensión ambiental.

Barbara Göbel, directora del Instituto Iberoamericano de Berlín (IAI), definió que no puede haber un bienestar social sin una salud ambiental y un crecimiento adecuado económico.



Precisó entonces que se debe incorporar la dimensión ambiental en la cotidianidad, no decir la naturaleza está afuera como algo que se puede ir a visitar cuando se quiera. La pregunta es cómo, no para dejar de hacer cosas, sino comenzar a hacer cosas de manera más sustentable.

Se trata de todo un trabajo de articulación que requiere de información, pero lamentablemente ahí hay asimetrías y es que hay más información ambiental sobre México fuera de México que en México, hay más información histórica sobre modificaciones ecosistémicas de México fuera de México que dentro de éste que está en Berlín.

Al tiempo, la Antropóloga alemana señaló que Europa vive ahora una experiencia del decrecimiento o de los límites del crecimiento en materia social, económica y ambiental, mientras que Latinoamérica vive el crecimiento sin límite ambiental.



Lo cual es el reto del futuro y en ese sentido preguntó cómo nos imaginamos el futuro teniendo en cuenta paralelismos de distintas lógicas de crecimiento como las que hay ahora en América Latina donde hay una fuerte reprimarización de las economías de sus países, es decir, extracción de recursos para sacar ganancias que permitan al Estado hacer políticas sociales, por ejemplo, para reducir la pobreza o reducir la inequidad.

La científica social inició por explicar que la sustentabilidad ya no es ese concepto definido en los 70’s, sino que ahora es más complejo, por ejemplo, ahora hay una relación con el género, que tiene que ver con un tema “candente” en América Latina como la región más desigual del mundo, sino también en Europa como la región donde las desigualdades han crecido, lo que tiene que ver con el rol del Estado: equidad, bienestar, género.

Barbara Göbel estuvo en Xalapa en el marco de un proyecto cofinanciado por el CONACYT y una agencia científica alemana que promueve la movilidad científica que es el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) y la Universidad Veracruzana.



Este proyecto -que involucra a la Universidad Libre de Berlín- trata de temáticas de sustentabilidad vinculadas al género, de tal manera que el objetivo es conectar experticias en ambos países, entre esas tres instituciones, tanto para los doctorandos, así como los postdoctorandos en el área de Ciencias Sociales.

Explicó que desde la lógica de la cooperación científica internacional como un instrumento para iniciar cooperaciones, es que se conectaron con investigadores de la UV desde hace seis años, tiempo en el que ha habido varias reuniones académicas y de discusión, pero ahora que estuvo en Xalapa, aprovechó para conocer mejor a la Casa de Estudios de Veracruz y sus distintas estructuras, de las cuales le interesaron dos áreas que requieren de transversalización institucional: ambiente y género.

La trasnversalización es necesaria por el campo temático que implica y es que no se pueden entender temas ambientales sin un acercamiento multidisciplinario y de la misma manera la temática de género que no sólo está vinculada a temas de cuerpo, sino también a prácticas de trabajo, estrategias institucionales; “es un área que requiere de la cooperación de distintas disciplinas”.



De tal manera que el vínculo con la UV refleja la estrecha cooperación que existe en el área científica entre Alemania y México, pero también responde a un interés de descentralizar, es decir, no sólo orientar los intereses en el Distrito Federal, donde radican -entre muchas instituciones importantes- la UNAM.

“Buscar otras instituciones de cooperación que permitan entender mejor la diversidad institucional y también los perfiles regionales y la UV es interesante porque es una universidad descentralizada, es decir, tiene varias sedes, permite un anclaje en la sociedad”, destacó.

Pero regresando al tema de la sustentabilidad y género, resaltó que ambos son temas que se conectan, aunque no lo parezcan a primera vista.



Fue ahí cuando refirió que el concepto de sustentabilidad que surge en los años 70, a partir de la concientización de que hay límites al crecimiento, es un concepto que está muy vinculado a proyecciones de futuro, porque por un lado, la sustentabilidad conecta lo que se ha separado de ecología y economía, hoy ‘cos casa’ dejando en el centro a las personas, es decir, no puede haber un bienestar social sin una salud ambiental y un crecimiento económico adecuado.

“Esos son los tres pilares en donde se ha enfatizado la parte económica o la parte ambiental, pero más bien en un sentido de conservación y se ha quedado en la dimensión social en particular y la vinculada a relaciones sociales y de género afuera”, indicó.

Preguntó entonces cómo nos imaginamos el futuro teniendo en cuenta paralelismos de distintas lógicas de crecimiento que tenemos ahora y es que Europa vive la experiencia del decrecimiento o de los límites del crecimiento, tanto sociales, económicos como ambientales.



En cambio Latinoamérica vive el crecimiento sin límite ambiental donde hay una fuerte reprimarización de las economías de los países latinoamericanos que se basa en la extracción de recursos para sacar ganancias que permitan al Estado hacer políticas sociales: reducir la pobreza y la inequidad.

“Entonces la idea de estos proyectos de cooperación es crear estas estructuras de diálogo que permitan contribuir a problemas compartidos que se presentan de manera distinta”, aseveró y dijo que la idea es producir conocimiento nuevo a través del proyecto y construir relaciones nuevas que permiten formas de intercambio distinto en el futuro.

Es ahí donde surge la importancia de la internacionalización de las universidades, cómo lograr conectar de manera distinta para contribuir a problemáticas en común.



Entonces enfatizó que no son los gobiernos quienes tienen el poder de resolver esto, sino las sociedades, por ejemplo el consumidor en sus decisiones cotidianas puede contribuir a sustentabilidades o insustentabilidades, con decisiones muy concretas.

Delegar esa función a los gobiernos -sostuvo-, es desempoderar a las personas y dentro de la sociedad también hay una división de trabajo donde aparece el científico, que también es un ciudadano que puede contribuir, así como el político.

“Yo no minimizaría el poder que tenemos todos nosotros para hacer la diferencia. Ahora la pregunta del rol del conocimiento científico en la sociedad es una pregunta clave porque si hablamos de las ciencias como una producción pública de conocimiento, nosotros tenemos que legitimar también lo que estamos haciendo”, apuntó.



Lo que es necesario es crear estructuras de flujo y transferencia, porque sería ingenuo -dijo- pensar que el científico pueda informar al tomador de decisiones políticas de manera directa, es ahí donde entra el rol de los expertos, que son personas que toman el conocimiento científico y lo traducen a estructuras de tomas de decisiones, pero para ello también se requieren de instituciones que hagan “el puente” entre la producción de investigación y procesos de tomas de decisiones.

“Estos son por ejemplo instituciones que están entre ciencia y política y para el tema ambiental hay muchas estructuras… hay que hacer una gestión de la transferencia, pero hay claros límites. Por ejemplo yo trabajo en una institución que es no universitaria, es una institución puente donde lo que sí tengo que hacer traducción de conocimientos, pero no es lo mismo si trabajo en un instituto universitario donde mi trabajo es la transferencia a través de la docencia, entonces en realidad lo que se requiere es ser conscientes de la diversidad de la producción de conocimientos, tener una estructura institucional que permita los flujos, pero también la traducción de los conocimientos y tener un proceso de retroalimentación de las experiencias políticas hacia los conocimientos científicos”, añadió.

En ese sentido, destacó la labor de los medios de comunicación quienes tienen un rol fundamental para hacer la traducción de los conocimientos; sin embargo, se requiere de la disposición de éstos para conversar con los científicos y no esperar una respuesta coherente, pero tratar de encontrar los puntos importantes como mensaje.



El otro punto sumamente importante es el archivo de conocimiento que existe de México en Berlín, donde lo importante es mantener la información pública y organizar otro tipo de flujos de información, lo cual tiene que ver con cooperación en el área de intercambio de información, formatos de cooperación para conectar más perspectivas y repositorios de conocimientos y descentralizar éstos repositorios.

“Qué pasa después de un proyecto, qué rastros deja y cómo esto se puede utilizar en 50 años, ¿siempre se tienen que repetir las mismas experiencias?… mi propio convencimiento político es no dejárselo a los políticos, ellos tienen su rol en todas las democracias y nosotros los empoderamos para que lo tengan, pero hay una cuestión de responsabilidad ciudadana y que es, qué futuro nos imaginamos, qué lógicas de crecimiento pensamos, qué entendemos como progreso si tenemos en cuenta la dimensión ambiental, que no sólo es lo local”, concluyó y pidió reflexionar al respecto.