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Sección: Estado de Veracruz

Sursum Corda

El obispo Patrón: regalo de la Inmaculada

Pbro. José Juan Sánchez Jácome 03/01/2022

alcalorpolitico.com

Las diócesis en sede vacante, la mayor parte de las veces, se disponen a vivir un largo proceso que debe transcurrir hasta que finalmente se nombre a su nuevo pastor. Así lo hemos visto, por ejemplo, con las diócesis de nuestra provincia eclesiástica y con otras Iglesias particulares de nuestro país, cuando esperan el nombramiento de su nuevo obispo.

En nuestro caso, las cosas han sucedido de manera sorprendente y en un tiempo récord -exactamente 4 meses- que rebasó los pronósticos de los más experimentados.

Pero el pueblo de Dios desde el primer momento lo tuvo muy claro y nos dio la pauta para explicar y agradecer el nombramiento de Don Jorge Carlos Patrón Wong, como arzobispo de Xalapa. Fue la oración de la Iglesia y el profundo anhelo de los fieles de tener su propio obispo, lo que permitió que en un tiempo muy corto -después de la muerte de nuestro amado y recordado Don Hipólito Reyes Larios, acaecida el 8 de agosto del año pasado- tengamos ahora a nuestro nuevo pastor que ha sido deseado, anhelado y profundamente llamado en las oraciones de los fieles.



Sin dejar de reconocer los buenos oficios de las instancias eclesiásticas correspondientes, al realizar los procedimientos canónicos para que finalmente el papa se pronunciara sobre este nombramiento, el pueblo de Dios vio más allá de los procedimientos y volteó a ver a la Virgen María para agradecer lo que desde el 8 de diciembre pasado califica como regalo de la Inmaculada para la Iglesia de Xalapa.

Qué dicha para nuestro arzobispo Jorge Carlos que su nombre quede estrechamente vinculado al de la Virgen de la Inmaculada, no sólo porque su nombramiento se ha dado en el marco de esta fiesta litúrgica sino porque el pueblo de Dios lo relacionará siempre con aquella a quien la Iglesia veracruzana canta apasionadamente con las mismas palabras de San Rafael Guízar: “¡Oh Virgen santa Madre de Dios, sois la esperanza del pecador!”

María que desde el principio va presurosa a las montañas de Judea para visitar a su prima Santa Isabel, ahora también de manera presurosa irrumpió en nuestra vida diocesana para que este pueblo saltara de gozo con el nombramiento de su nuevo obispo que nos confirmará en una profesión alegre de la fe para que Cristo sea alabado, bendecido, amado, adorado y glorificado en Xalapa.



¡María Santísima fue quien presentó a nuestro nuevo obispo! Ha sido conmovedor y esperanzador ver la alegría de los jóvenes que saludaban este nombramiento y lo compartían presurosos en las redes sociales. Y como el ángel que trae buenas noticias también usted, querido arzobispo, nos ha alegrado no sólo con su primer mensaje cálido y paternal, sino también al compartirnos sobre su estrecha relación con Veracruz, al haber sido obispo de Papantla y por su especial cercanía y amistad con quienes ahora desde el cielo son sus inmediatos predecesores: Don Hipólito Reyes Larios y Don Sergio Cardenal Obeso Rivera.

Su cariño y admiración por nuestros pastores, así como las experiencias y trabajos que compartió con ellos en distintos momentos de su vida, como sacerdote y obispo, nos unen más a usted y nos hacen recibirlo como si tuviéramos toda la vida de tratarlo.

Siempre se espera y se quiere tanto a un obispo. Pero cuando lo presenta María Santísima se crea un vínculo especial y se experimenta un gozo inigualable que nos hace avizorar su ministerio entre nosotros, lleno de ternura, alegría y esperanza.



Muy querido y admirado Monseñor Jorge Carlos, estamos confiados a su cuidado y guía pastoral. Nuestra Iglesia de Xalapa ha sabido integrar la bondad, exquisita cultura y profundidad doctrinal de Don Sergio, con la amabilidad, entrega y cercanía de Don Hipólito. Con su guía y su báculo pastoral hemos logrado caminar en este tercer milenio cargado de tantos desafíos que estamos convencidos serán enfrentados con la iluminación que Dios le dé a usted y la bondad de María que impactó su ministerio episcopal entre nosotros desde el primer día.

Recién iniciado el año se agregan los motivos para alegrarnos con su vida. Por eso, sus feligreses de Xalapa lo abrazamos a la distancia, a la espera de acogerlo en nuestras tierras y acompañarlo en la acción de gracias, y lo felicitamos por el día de su cumpleaños, por el don del sacerdocio ministerial que se le concedió un 12 de enero y por su reciente nombramiento como arzobispo de Xalapa.

La emoción nos limita para explayarnos en la felicitación, pero ocupamos las palabras de Henri Nouwen para expresarle lo que usted significa para nosotros:



“Hay que celebrar los cumpleaños. Creo que es más importante celebrar un cumpleaños que el aprobar un examen, un ascenso o cualquier victoria. Porque celebrar un cumpleaños significa decirle a uno: -¡Gracias por ser tú!- Celebrar un cumpleaños es celebrar la vida y alegrarse por ella. En un cumpleaños no decimos: -Gracias por lo que has hecho, o dicho, o conseguido-. No, lo que decimos es: -¡Gracias por haber nacido y estar entre nosotros! En los cumpleaños celebramos el presente. No nos lamentamos de lo ocurrido ni especulamos sobre el porvenir, sino que lo felicitamos y le decimos: -¡Te queremos!-”