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El son jarocho, elevado a la categoría de música de concierto

- El talento de Mateo Oliva y Tlen Huicani sacuden la Ópera de Aviñón - Comparten aplausos Antonio Tornero y la Sinfónica Juvenil de Veracruz

Avi??n, Francia 14/10/2008

alcalorpolitico.com

¡Quién lo dijera! Mateo Oliva y el grupo folklórico de la Universidad Veracruzana Tlen-Huicani han sacudido la capacidad de asombro de los franceses, al lado de Antonio Tornero y la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz. Como para quitarse el sombrero.

Los arreglos de Oliva, mismos que apuntan hacia los sones huastecos, jarochos y las canciones de Agustín Lara, componen el grueso del repertorio que Tornero eligió para su prolongada gira de más de dos semanas hacia el Viejo Continente, concretamente hacia el sur de Francia. Es evidente que lo que el director buscaba no era sólo la formidable capacidad de penetración de los arreglos de Oliva hacia aquel sector que denominamos “el gran público”.

Que una orquesta sinfónica lleve a Francia música mexicana no es asunto de tomarse a la ligera, en virtud del formidable conocimiento que es propio de quienes realizaron una importante aportación a la música “occidental”. No olvidemos que es la tierra de Couperin, Lully, Berlioz, Saint-Saëns, Debussy, Ravel, Poulenc, Messiaen, Boulez y muchos más. Pero Mateo es un hombre de apuestas arriesgadas y no acostumbra perder. Por lo mismo, Tornero confió totalmente en la eficiencia del maestro naolinqueño, de modo que su Suite Huasteca, Suite de Lara, los arreglos para La Bamba, La Bruja y La Vieja viajaron en las maletas de las partichelas para hacerse escuchar en un salón de Aix-de-Provence, en escenario al aire libre del balneario de La Grande Motte (por cierto, un sitio turístico a orillas del Mediterráneo cuyos hoteles se diseñaron tomando como modelo las pirámides prehispánicas de México), Lyon y Aviñón.

Lo que sucede como quehacer común a las orquestas de México ha sido poco, comparado con lo realizado por la Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz. Bajo la férrea conducción de Tornero, los muchachos de la OSJEV han tenido los suficientes arrestos para presentarse en el Teatro de la Ópera de Aviñón, ante uno de los públicos más demandantes y conocedores de Europa. Y su desempeño ha sido ejemplar, tanto que las invitaciones a repetir ya son varias. Por lo pronto, Oliva y Tornero ya establecieron convenios con el Conservatorio de Música de Lyon, han llamado la atención de los promotores de Aviñón y todavía falta lo que ocurra esta última semana de gira.

Oliva ha dejado perfectamente marcado el paso inicial para el logro de un milagro: que la música jarocha se abra campo en las salas de concierto y conquiste al público aficionado a la música de altos vuelos. Se nos antoja un tanto el proceso seguido por los creadores de música argentina, del tango básicamente, que elevaron su arte sonoro más allá de las esquinas porteñas y los tugurios de mala muerte.

Las orquestaciones de Mateo contienen mucho más de lo que muchos podrían esperar. Es un verdadero conocedor de las posibilidades de cada una de las secciones, lo que le permite escribir pasajes tan elaborados como comprometedores para las cuerdas, armonías sorprendentes en maderas y metales y una eficiente combinación entre las percusiones y el resto de la orquesta. Es, para decirlo en pocas palabras, todo un talento cuya presencia enriquece el panorama de la música nacional. Su atención hacia la música veracruzana es básica en el repertorio contemporáneo, sin que le preocupe lo que expresan los defensores a ultranza del son tradicionalista. Mateo nada añade ni quita a la música veracruzana; la enriquece con las posibilidades que tienes tan a la mano y que maneja con una genialidad sin punto de comparación.

Por su parte, la Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz deja el agradable sabor de boca (o de oído) entre quienes le escuchan. La curiosidad reside en que si ésta es una orquesta no profesional ¿cómo serán los conjuntos profesionales de México?

No dudamos que en las jornadas subsiguientes Oliva, Tlen Huicani y la OSJEV repetirán lo que han hecho hasta ahora: sacudir cada sala hasta los cimientos, con base a la contundencia de un arte bien planteado y entregado con disposición conmovedora.