El teatro, como se pueda; la “lana”, para los “cuates de la cultura”

El teatro independiente languidece.

Los grupos de Xalapa adolecen de falta de recursos económicos para llevar a cabo producciones que a la larga van a presentarse muy poco por la falta de espacios.

Adriana Duch lleva varios años dedicándose al trabajo de la máscara, desde los tiempos que formaba parte del grupo de Alicia Martínez "Tablas y Diablas", y a través de ella se interesa en conocer a su mentor, Jean Marie Binoche, a quien sigue hasta la fecha en este trabajo escénico con tintes íntimos, basado en historias escritas por el cuentacuentos y comediante parisino Georges Perla, llenas de imágenes y símbolos, sobre todo de la vida en el desierto.

Así, con unos cuantos recursos en escena, la actriz nos transporta con su cuerpo y gestos a esos otros mundos a los que alude en el subtítulo de la obra.

Un gran esfuerzo de Adriana y su grupo "Teatro de la Idea Clara", aventarse el paquete de invitar al creador francés a montar dicho trabajo durante dos meses, sufragando gastos de avión, hospedaje, alimentación, y ya una vez montada, los gastos de producción, publicidad y operación. Y aquí viene la parte creativa del asunto: viéndose solos en su esfuerzo por presentar un trabajo digno, Adriana y Adrián Vázquez, retoman una idea que originalmente se le ocurrió en la Ciudad de México al actor Nestor Galván, con muy buenos resultados: llevar el teatro a la casa del espectador, y para ello dan en el programa de mano indicaciones para llevar a cabo el experimento en los hogares jalapeños.

Buena idea, claro, pero en realidad deberíamos preguntarnos: ¿en que se ocupa el dinero para la cultura en el estado sino es más que para apoyar a los cuates de la burocracia en turno?. Ojalá que haya interesados en llevar el teatro a su casa y vivir la experiencia de apagar la televisión y encender la imaginación, el teatro lo vale.