Psicólogo Joaquín Rosas Garcés:
A pesar de la vigilancia desplegada por seguridad pública (efectiva para prevenir la delincuencia) por el carnaval, y de los baños (de paga) que se instalaron, las calles del centro de Ciudad Cardel tienen un penetrante, insoportable y terrible olor a orines. El asunto no es sólo un problema cosmético, sino que atañe a la salud pública.
Estos orines se secarán y se convertirán en polvo, que irá a parar a las vías respiratorias de los habitantes de esta población. En 15 días habrá seguramente una epidemia de enfermedades de las vías respiratorias que significarán gastos en la respectiva dependencia pública, donde administra los dineros, ¡oh ironías de la vida!, el exalcalde de La Antigua.
Suplico que se publique en Al calor político para que la experiencia no se quede en nuestras fosas nasales, sino que sirva para tomar medidas en venideras ocasiones.
Saludos.
Carlos Enrique Villarreal Morales