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Sección: Estado de Veracruz

En los problemas del país se deben aplicar las mejores soluciones, provisionales o a largo plazo

- La idea es partir de la tradición para potenciar la innovación, sugiere Sara Ladrón de Guevara

- Dijo que hay que librar una batalla más en pro de mejores condiciones para el desarrollo de la educación superior

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 25/10/2013

alcalorpolitico.com

La rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara González, refirió la difícil situación económica, política y social por la que atraviesa nuestro país, por ello se deben encontrar las mejores soluciones –provisionales o a largo plazo– a las múltiples asignaturas pendientes, pero la idea es partir de la tradición para potenciar la innovación.

En su discurso, previo a celebrar la segunda Sesión Ordinaria del Consejo Regional Sur-Sureste de la ANUIES, resaltó que se tomarían decisiones y se llevarían a los hechos de manera inmediata.

“En otros, tendremos que esperar a que soplen mejores vientos. En otros más, en fin, deberemos librar una batalla -una más- en pro de mejores condiciones para el desarrollo de la educación superior en nuestro país”, expresó ante rectores y titulares de las instituciones de educación superior de dicha región del país.



Refirió que en una de sus cinco conferencias “Sobre el futuro de nuestras instituciones educativas”, Nietzsche afirmó: “toda la así llamada educación clásica sólo tiene un punto de partida sano y natural: el hábito artísticamente serio y riguroso en el uso de la lengua materna”.

Asimismo, hizo alusión a que cien años o más después, en su “Historia de la educación en la Antigüedad”, Henri-Irenée Marrou señaló: “El verbo es siempre el instrumento privilegiado de toda cultura, de toda civilización, porque constituye el medio más seguro de contacto y de intercambio entre los hombres: rompe el círculo encantado de la soledad, donde el especialista tiende inevitablemente a recluirse empujado por sus conocimientos”.

Al abundar en su discurso, subrayó que muchos se preguntarían, cuál era la intención de dichas referencias, qué pretendía, a dónde quería llegar.



“El diálogo será, en todo momento y de manera indudable, un diálogo entre mujeres y hombres del siglo XXI, entre contemporáneos, entre seres humanos que viven en un planeta globalizado en el que, hoy más que nunca, como dice el viejo proverbio chino, 'el simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo'”, apuntó.

Sin embargo, -dijo- hay algo más, “me gustaría que en esta reunión –y en todas las que la ANUIES convoque y realice– entabláramos un diálogo no sólo con nuestro presente, con nuestros contemporáneos, con nuestra realidad, sino, además y de manera especial, con nuestro pasado, con nuestros ancestros, con la Historia, elementos todos ellos que confirman nuestra identidad cultural y regional”.

Sara Ladrón de Guevara dijo que la educación tiene historia, en ese sentido, no se puede pasar por alto que cada época, cada grupo humano, cada pueblo se han dado para sí la educación que han considerado necesario o conveniente darse –o la que su horizonte, sus alcances y sus circunstancias les han posibilitado-, pero la educación, además y de manera sobresaliente, tiene esencia, una esencia que se mantiene inalterable más allá de o a pesar de épocas y grupos sociales.



Fue ahí cuando nuevamente refirió que para 1773, en su Plan d’une Université pour le gouvernement de Russie, Diderot apuntó:

“Cuanto atañe a la educación pública, nada tiene de variable, nada que dependa esencialmente de las circunstancias. El fin de la educación será siempre el mismo, en cualquier siglo: formar hombres virtuosos e ilustrados”. En ese sentido, precisa Diderot: “En cuanto que hombre, es preciso que [el estudiante] sepa qué debe a los hombres; en cuanto que ciudadano, es preciso que aprenda lo que debe a la sociedad”.

De ahí simplificó la académica que aquí están las tres variables que han permanecido inalterables a lo largo de la historia de la educación: la institución educativa, el estudiante y la sociedad.



“Creo que de eso se trata, de repensar el presente sobre la base del pasado y de tener en nuestro horizonte un ideal de civilización. Se trata, en otras palabras, de partir de nuestra tradición para potenciar la innovación”, aseveró.