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Sección: Estado de Veracruz

En medio del dolor y el temor, sepultan a los 5 asesinados en Tuzamapan

- En la misa de cuerpo presente, el sacerdote dijo que la Iglesia ora por ellos para “enviarlos a la misericordia del Padre”

- Al principio sólo una patrulla hacía rondines; luego llegaron elementos de la Fuerza Civil y Policía Militar

Ángel Camarillo Tuzamapan, Ver. 18/05/2019

alcalorpolitico.com


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El mediodía raya en Tuzamapan, pero la comunidad, aún en duelo, permanece vacía, en silencio. Apenas unas tres o cinco personas caminan por las desiertas vialidades, en donde el miedo se respira.

Negocios cerrados, casas con las cortinas abajo. El anuncio de más seguridad no se cumplió: apenas una patrulla de la Policía Estatal ronda las inmediaciones de la parroquia de San Juan Bautista, en donde el pueblo despedirá a Miguel, José Manuel, Óscar, Manuel y Aldo: los cinco varones acribillados la tarde del jueves.

Adentro del templo, toda la congregación se reúne bajo un pendón con las palabras del Evangelio de Juan: "Yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí".



Y por eso centenas de creyentes acompañaron a las familias en duelo: porque conocían a las cinco ovejas asesinadas a la entrada de la comunidad.

Por lo anterior, el presbítero Víctor Rodríguez le recordó a los fieles: "Todo lo bueno viene de Dios y Jesús dice: 'Yo soy la resurrección y la vida'"

"Recordemos la promesa del Señor, que todo el que cree en el Hijo tiene vida eterna y lo resucitaré el último día. La Iglesia ora por ellos para enviarlos a la misericordia del Padre", dijo el sacerdote al tiempo de rociar con agua bendecida.



El padre Víctor insistió en que la bondad de Dios está por encima de los hombres. "Su justicia se traduce en misericordia para los que acuden a él", recalcó.

Cerca de las doce finaliza la Eucaristía y para esa hora, todo Tuzamapan y varios más de comunidades vecinas se congregan fuera de la parroquia.

A esa hora, una patrulla de la Fuerza Civil y dos más de la Policía Militar instalan una base improvisada cerca del parque y comienzan a inspeccionar los alrededores.



En ese instante, encienden las bocinas con la música de banda y con aplausos, con llanto y con gritos, el pueblo acompaña a los féretros rumbo al panteón, en medio del dolor y sobre todo, el temor.