En Orizaba, cuidan a niños desamparados de la sierra del estado y de Chiapas

La Casa de Niños Desamparados ubicada en esta ciudad, alberga menores de edad desde los 4 hasta los 18 años, muchos de ellos abandonados y provenientes de las zonas serranas del país, que llegan hasta ahí por lo regular por religiosas que andan en misiones y encuentran a los pequeños desprotegidos, indicó Ana Elena Cubillas viuda de Luna, presidenta de este refugio.

“De la sierra de Zongolica, de las zonas serranas de Chiapas, porque los han traído las religiosas que hacen misión, de repente se encuentran con estos niños y los traen; ellos son infantes que nunca habían venido a la ciudad, pero ahora están aquí; son muy sanos y lindos”.

Explicó que otros niños son hijos de papás que decidieron irse a Estados Unidos y los dejaron con abuelitos o con tíos, pero la familia no puede hacerse cargo de ellos; en uno que otro caso cuando estos están ya en edad productiva los parientes regresan por ellos argumentando que los extrañan o que les perdieron la pista “cuando ellos ya pueden producir algo vienen a inquietarlos para decirles que los quieren, que los han buscado, es feo pero lo hacen cuando ellos ya producen”.

Esta casa inició labores desde hace 37 años, fue fundada el 15 de enero de 1971 por un grupo de señoras amigas de Dolores Gómez de Cubillas (Loló) quien es tía de la entrevistada “ella se tuvo que ir por cuestiones de salud y yo me quedé a cargo de la casa. Aquí hay cupo para 30 niños”.

En este momento sólo hay 14 niños, lo cual significa que aún hay espacio para 16 menores más. En este sitio se recibe a los pequeños de 4 años en adelante, para salir a los 18 años “cuando tiene buen comportamiento, cómo podemos sacarlos a los 18 años”.

El albergue es sostenido por medio de donativos que algunas personas hacen; así como también de ciertas organizaciones tal es el caso de Expori, aunque el gasto mensual por pago de comida, luz, teléfono, gas, entre otros asciende a los 25 mil pesos.

Todos los infantes de esta casa van a la escuela desde la primaria hasta el más grande que acude al Conalep, casi nunca se enferman pero cuando esto ocurre un sanatorio particular les da el servicio sin ningún costo.

Hoy el patronato de la Feria Expori entregó diez colchones individuales, una grabadora para sus actividades lúdicas y un horno de microondas, cuya inversión fue de 25 mil pesos.