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Sección: V?a Correo Electr?nico

Espacio ciudadano

Entre buenos médicos te veas

Jorge E. Lara de la Fraga 09/07/2014

alcalorpolitico.com

“… La vida es una sucesión de momentos e instantes, por qué no vivirlos



















con generosidad, bondad, atención, gratitud y benevolencia…” Dr. M.C.A.


A manera de introducción incorporo algo que leí en una revista especializada: “El ejercicio de la medicina moderna adolece actualmente de un proceso de deshumanización en la sociedad globalizada; principalmente, en las sociedades desarrolladas en las cuales prevalecen los estilos de vida utilitarista, el hedonismo, el vacío espiritual y la cultura de la banalidad. En este contexto, la salud ha sido convertida en una costosa mercancía por un mercado perverso que ha hecho de la codicia lucrativa su leit motiv. Por su lado, la gran mayoría de médicos se han adherido acríticamente a la tecnología de punta y han abandonado su esencia humanista, en desdoro de su identidad profesional…” Lo anterior viene a colación porque hace unos días conocí al médico Manuel Covarrubias Alonso, ameritado galeno jubilado con casi 9 décadas de existencia que se desempeñó profesionalmente en clínicas y hospitales de nuestra Ciudad Capital como ginecólogo-obstetra; su labor se caracterizó por su eficiencia y por su singular espíritu de servicio hacia sus congéneres.









Fue el colega docente y también médico Armando Contreras Arriola quien me dio la oportunidad de conocer a dicho hombre sencillo, optimista, lúcido y humano que en tres ocasiones fue el director del Hospital Civil “Luis F. Nachón” y que además en sus inicios funcionó como adjunto o auxiliar de cirugía bajo las directrices de médicos eméritos como Solón Sanginés, Luis Fernando Nachón Flandes, Isaac Espinoza, Ezequiel Jiménez, Gutiérrez y Huitrón. En una agradable charla en su domicilio particular me habló de sus peripecias en esos tiempos pasados del Xalapa brumoso donde atendía a pacientes de manera intensiva, sin horario determinado, tanto en el día como en la noche, pues había pocos facultativos y muchos pacientes en estado de emergencia por esos años nostálgicos de los 50 y 60 del siglo XX. Quiero aprovechar este espacio para que los lectores conozcan cómo piensa y siente el egresado de la UNAM (en 1950), el médico Manuel Covarrubias Alonso, mismo que en un texto elaborado por él en años pasados precisa sus puntos de vista sobre la profesión médica. En razón del espacio disponible únicamente inserto un fragmento de ese material que gentilmente me proporcionó el respetable profesionista.









“Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX, el médico ya cursó una carrera como tal, ya hay Escuelas de Medicina famosas que han formado grandes médicos. La mayor parte de ellos surgen con una gran vocación de servicio y reúnen un perfil insólito de cualidades que los hacen ser personajes no muy comunes, cultos, muy dedicados a su profesión, atendiendo con verdadera pasión a sus pacientes, es el llamado en esa época Médico de Cabecera, Médico Familiar, que además de atender a los familiares enfermos era amigo, confidente y consejero. Su actuación y desempeño era eficiente, llena de humanismo y calidez, responsable y desinteresada en cuanto a lucro. Brindaba sus servicios de forma inaudita, con amor y sobre todo sabía de su gran responsabilidad y respetaba con ahínco el valor de cada vida que se ponía en sus manos y lo trataba como si fuera uno de sus propios familiares más queridos. Entendía que su misión era salvar vidas, de ahí el aforismo griego allis vivere: vivir para los demás.









“Estas características y perfil médico tan importantes han ido evolucionando y se han ido perdiendo poco a poco a pesar de los grandes avances de la medicina y la tecnología; por otro lado, el humanismo y la relación médico-paciente se han ido denigrando. Desafortunadamente a partir de la socialización de la medicina y el gran número de especialidades y subespecialidades que han surgido, el médico ya es parte de un equipo que diluye su responsabilidad, su personalidad y su participación. Cada médico ahora maneja un sector o una fracción del paciente y el organismo humano es un todo indivisible y coordinado entre sí. Sin embargo el médico aún dentro de este avance evolutivo, no debe perder la esencia del proceder del médico de antaño, sigue habiendo médicos en todo el sentido de la palabra que aún guardan y cultivan el espíritu del médico de cabecera tan comprensivo, amistoso, cordial y eficiente, alejados del interés lucrativo, del bluff, el snobismo y la simulación…”









Jornada interesante y reconfortante. Esa mañana veraniega de finales del mes de junio del presente año, con un sol ardiente que presagiaba lluvia, fue el espacio ideal para cambiar impresiones con dos médicos respetables, identificados con la mística hipocrática. En la referida convivencia abordamos temas diversos y hasta aproveché el momento para una consulta clínica personal que no implicó honorarios. Abrigo la esperanza de repetir esa cordial experiencia.