Entre porras y mentadas, Sindicato de TAMSA no logra definir a su dirigente

Con la sombra de la violencia desatada en marzo del 2017, que dejó dos personas muertas, cientos de trabajadores de la fábrica de tubos Tenaris-TAMSA disputaron a gritos, mentadas y porras la dirigencia del sindicato nacional “Unidad y Progreso” de la Industria de la Transformación del Acero para Productos Tubulares en General de la Fábrica de Tubos de Acero de México.

Al final, tras casi dos horas de tensión, los obreros quedaron divididos en dos grupos: uno en apoyo del antiguo líder, Pascual Lagunes Ochoa y el otro por el nuevo disidente, Cándido Canseco, que por primera vez en la vida de esa organización gremial, contaba con el respaldo de cientos.

Con base en lo estipulado por la Ley Federal del Trabajo, este martes el Sindicato tenía que sesionar, por lo que miles esperaban la llegada del todavía secretario Pascual Lagunes Ochoa, quien acaba de salir de prisión domiciliaria acusado de ser el responsable de la trifulca contra grupos disidentes, hace dos años y que terminó con muertos y heridos.



Afuera, gran parte de los obreros apoyaban a Cándido como su nuevo dirigente, el disidente hasta hace poco era el brazo derecho de Lagunes, pero tras su encarcelamiento entró en disputa con la hija de Pascual, lo que generó la fractura de la agrupación.

La gente del todavía Secretario General tomó el auditorio y no permitió la entrada a ningún obrero disidente, por lo que adentro sesionaron la permanencia de su líder sin los votos de los contrarios, que también son trabajadores en activo.

Afuera, en la calle, los cercanos a Canseco llevaron bocinas y convocaron a una asamblea en la vía púbica en donde proclamaron como líder a Cándido que fue cargado en hombros por la muchedumbre.



Aunque hubo connatos de bronca e incluso por un momento la hija de Pascual Lagunes fue empujada por los mismos trabajadores, en ningún momento se desbordó la violencia, los granaderos que cuidaban sólo estuvieron a la expectativa.

Así, el evento terminó con dos supuestos secretarios generales, por lo que tendrán que ser las autoridades de la Secretaría de Trabajo los que determinen quién es el representante gremial oficial.