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Sección: V?a Correo Electr?nico

Envía el ensayo ganador del concurso "Ser UV" y Autonomía Universitaria

El elegido fue el de Cuauhtémoc Jiménez Mayo

10/07/2013

alcalorpolitico.com

Buenas tardes, quisiera publicar en su prestigiado periódico en línea el nombre del ganador del ensayo "Ser UV" y Autonomía Universitaria:

Cuauhtémoc Jiménez Mayo

Anexo el ensayo ganador en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario



La Autonomía de la Universidad Veracruzana

La Universidad Veracruzana es formalmente autónoma desde 1996, año en que se publica en la Gaceta Oficial la ‘Ley de Autonomía de la Universidad Veracruzana’. Desde entonces, nuestra universidad ha visto fortalecido su fin primordial, a saber, ser una plataforma desde la que se impulse el desarrollo y el bienestar de los y las veracruzanas. El artículo 68 de la ley citada nos recuerda lo que para la Universidad Veracruzana representa la autonomía:

La Universidad Veracruzana será autónoma; tendrá la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí misma y realizará sus fines de conservar, crear y transmitir la cultura, a través de las funciones de docencia, investigación, difusión y extensión, respetando las libertades de cátedra, de investigación y de libre examen y discusión de las ideas; determinará sus planes y programas; fijará los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico, y administrará su patrimonio.



El camino que ha recorrido la Universidad Veracruzana desde aquel noviembre de 1996 ha sido el de promover la autonomía en todos los ámbitos de la universidad.

Sin embargo, resulta pertinente reconocer que la autonomía no se otorga por decreto sino se consigue con trabajo arduo. Es por esto, que en el momento que vivimos, se vuelve fundamental reflexionar sobre nuestros desafíos respecto a un tema nodal para nuestra universidad: su autonomía.

La autonomía repercute en todos los ámbitos del quehacer universitario: en la docencia, en la investigación, en la difusión y en la extensión. Y para que la autonomía sea más que un valor formal, se requiere mucha valentía. Se necesita ejercer la libertad con responsabilidad, pues la autonomía y la libertad son valores hermanos, que no permiten que uno surja sin el otro. Debemos reconocer, sin embargo, que no es sencillo elegirlos, pues, de la misma manera que prometen mucho, exigen bastante también. Vale recordarlo pues muchas veces los humanos nos sentimos más seguros viviendo bajo la sombra de alguien más (llámese Estado, padre, gobierno, maestro, etcétera) que tomar en nuestras propias manos nuestro destino. Esto es muy claro cuando observamos el comportamiento de muchos seres humanos en las dictaduras: apoyan al dictador, lo idolatran, pues les quita el peso de llevar a cuestas con el peso de su libertad.



Elegir la autonomía para cualquier dimensión del ser humano es más complejo de lo que parece.

Ser autónomo requiere aventurarte, pues con seguridad el sólo hecho de elegir por cuenta propia conlleva consecuencias como afrontar los desafíos que traigan las decisiones, tanto positivas como negativas, que antaño afrontaban otros. La aventura autonómica requiere aprender a vivir un poco en la incertidumbre y en la inseguridad, pues no hay nadie más que cargue con el peso de las decisiones propias.

La recompensa de la autonomía es sutil en un principio, pero a la distancia sin duda representa una amplitud de las posibilidades de lo que entendemos por ser humano en general y por universidad en particular. El hombre y la mujer autónomos se vuelven impredecibles, insumisos, propositivos e innovadores. Es por ello que el primer paso de las dictaduras es coartar la libertad y la autonomía de los sujetos, pues ninguna dictadura pervive con ciudadanos libres y autónomos.



Las universidades no autónomas, se ven envueltas constantemente en imposiciones autoritarias: se les imponen directivos, planes y programas de estudio, condiciones laborales de los trabajadores, temáticas a investigar, modelos de enseñanza y priva en ellas un ambiente laboral dominado por el miedo. Una universidad autónoma, por otro lado, es aquel espacio donde es posible una docencia libre y de calidad, una investigación sagaz, en donde la comunidad cuestiona, propone, asume riesgos; donde la crítica es posible, en cualquier dirección. Un espacio en el que se decide conjuntamente qué y cómo ha de enseñarse; un espacio en que son las y los universitarios los que administran responsablemente su patrimonio. Por la gran diferencia entre un escenario y otro, es que la autonomía es un ideal por el que vale la pena luchar.

La Universidad Veracruzana, por fortuna, no empieza de cero, desde 1996 ha dado firmes pasos para concretar en todos sus escenarios la autonomía. Sin embargo aún falta camino por recorrer y tenemos la oportunidad de identificar de manera conjunta los desafíos y de proponer paralelamente las soluciones, para que nuestra universidad se transforme paulatinamente en aquello que anhelamos.