Es la hora de que egresados de universidades públicas retomen la conducción del país

Al tomar protesta como Rector de la Universidad Veracruzana, en un segundo periodo de cuatro años, Raúl Arias Lovillo estableció que las universidades públicas deben retomar la conducción política, intelectual y técnica del país, ante el estancamiento en que está sumido por el actual modelo económico.

Frente al Ejecutivo estatal y la comunidad universitaria, presente en esta ceremonia de protesta en la USBI, donde antes rindió su informe de actividades, expuso que quienes impulsaron las teorías que sostienen el actual modelo económico, son los mismos que llevaron al país al estancamiento y a la recesión; sus dogmatismos en la política económica y sus visiones anacrónicas y reduccionistas del papel del estado, se han agotado.

Por ello, visualizó que la construcción de un nuevo modelo para el desarrollo nacional,” ha de ser ahora responsabilidad de los profesionales y técnicos de las universidades públicas, a quienes debemos de formar y educar en la convicción y el compromiso con la sociedad y sobre todo con los que menos tienen”.

Dijo estar convencido de que ésta es la hora de la universidad pública y de la universidad socialmente responsable y por ello se comprometió a que en este momento de inflexión, la Universidad Veracruzana luchará por estar presente en todos los foros y espacios de discusión pública que la requieran y, al mismo tiempo, contribuyendo con sus capacidades a la formación de los recursos humanos que requiere Veracruz y que exige el país.

En su mensaje destacó que la a misión de la comunidad universitaria: ha sido identificar los cambios sociales, políticos y tecnológicos del entorno. Y haciendo uso de todas sus capacidades, preverlos, estudiarlos, e impulsarlos para beneficio de los veracruzanos y el avance de la Universidad.

Dijo que la educación superior enfrenta problemas de diversa naturaleza como que sólo el 26.5 por ciento de los jóvenes mexicanos tienen acceso a las aulas universitarias; otros muchos no encuentran un espacio en las universidades de su predilección; persisten problemas laborales, de simulación académica y, por supuesto, la insuficiencia de recursos públicos sigue siendo uno de los grandes déficits de las políticas gubernamentales.

Señaló entonces que lo paradójico es que mientras en otros países del mundo la inversión pública en educación superior es motivo de protección y blindaje por parte de los gobiernos, í en México un sector de la clase política sigue sin asumir que la educación es la apuesta más segura para que el país aspire a un futuro de justicia, bienestar y competitividad.

Dijo que los hechos demuestran que en la UV se ha llegado a un punto de, en el que su responsabilidad académica tiene un mayor peso social, y por tanto su responsabilidad social recae un mayor peso académico.

Mencionó que en estas circunstancias la UV no puede ser indiferente a los graves problemas que enfrenta la sociedad mexicana y tampoco estar ajena al quebranto moral de los ciudadanos, ni tampoco puede desatender la descomposición social. Nada pone más en evidencia la declinación de una sociedad que el extravío de los valores, la falta de cohesión social y la pérdida del respeto a la vida humana.

Advirtió que hay que reconocer que México está en riesgo de convertirse en un país inviable, y que si ello llegara a ocurrir, se cancelaría el futuro de millones de jóvenes y que por tanto la UV debes cumplir con su cuota de responsabilidad para impedirlo.

Y que en esta tarea no pretende que la universidad haga más de lo que la sociedad le ha señalado como sus funciones sustantivas. Ni mucho menos lo que no le corresponde.

Pero recordó que la UV nació en un momento de transición de la vida nacional y que el de hoy es otro momento de tránsito y de nuevas definiciones y que para el efecto en el pasado Foro Universitario celebrado en junio de este año, fueron muchas las voces que expresaron que hoy la universidad tiene que dar un paso más hacia su consolidación académica.

Y que la insistencia de dichas voces fue en el sentido de que en las circunstancias actuales de la nación, la UV debe asumir un papel mucho más protagónico, apoyando la construcción de un modelo de sociedad menos desigual y más democrática.

Por eso, el Rector pugnó por estar del lado de aquellos que consideran que las responsabilidades de una universidad pública trascienden las aulas universitarias y no olvidar que las instituciones no nacieron para rendir culto al ostracismo ni para ser torres de marfil, sino para vivir y sentir la historia y para aprender de su pasado; para pulsar su presente y su futuro.