Al igual que en decenas de municipios de la región norte, la catástrofe ocurrida el 6 de octubre de 1999 ha quedado marcada en la memoria de miles de alamenses, damnificados por las inundaciones y que también cobró innumerables vidas.
Tras la devastación, el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, junto con quien era gobernador, Miguel Alemán Velasco, así como el exalcalde José Luis Faisal Serrano (ya fallecido) recorrieron la zona de desastre, recuerda el cronista de la ciudad, José Gabriel Gómez Corrales.
Pero lo que vieron fue solamente una parte, ya que al paso de los días se tomó conciencia de la gran devastación provocada por el desbordamiento total del río Pantepec y arroyos que cruzan por la zona, a consecuencia de las lluvias intensas que comenzaron a caer desde el 4 de octubre.
Cientos de casas quedaron bajo el agua y, en un suceso inédito, la inundación avanzó a donde no había llegado, con lo que incluso la parroquia Nuestras Señora de los Dolores, el mercado Hidalgo y toda la zona comercial se vieron afectados.
Para muchos ancianos que vivieron este episodio, la devastación fue incluso mayor que la provocada en las inundaciones de 1927 y 1955.
Y si las pérdidas materiales fueron cuantiosas, la cifra de muertos nunca se conoció, pues no hubo siquiera tiempo de un recuento oficial, ya que la prioridad era atender a los damnificados que, literalmente, perdieron todo.
A 21 años del suceso, la ciudad de Álamo está ahora en pie pero los habitantes viven en permanente zozobra en temporadas de lluvia, ya que se ubica en zona de riesgo y, de un momento a otro, otra gran inundación podría sobrevenir.