Ante la falta de empleo y la carestía en los precios de la canasta básica, familias enteras han encontrado en la recolección de desechos una vía para obtener ingresos para sus hogares, aunque esto implique que los infantes abandonen sus estudios mientras arriesgan la salud junto a sus padres para obtener unos cuantos pesos para comer.
Trabajan más de ocho horas bajo el sol, recolectando plástico y papel en medio de toneladas de desechos en el basurero municipal de Agua Dulce con ayuda sólo de algunos guantes de tela y sin botas de protección.
Niños en edad escolar abandonan sus estudios para trabajar y recolectar plástico, que es el material supuestamente mejor pagado, 1.70 pesos el kilogramo.
El ambiente hace que los pepenadores convivan cotidianamente con los dueños del basurero, buitres que los acompañan a la distancia.
Se sabe que diariamente se arrojan 50 toneladas en este basurero municipal.
Pero no hay límite de edad, adultos mayores también recolectan como única opción de ganarse la vida honradamente.