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Sección: Estado de Veracruz

Familias de Tatahuicapan ya no quieren que se lleven el agua de la presa Yuribia

- Exigen frenar suministro a Coatza y Mina, informó la investigadora María Roca Guzmán

- Cuando ésta se construyó se afectó un sitio sagrado para los pobladores, ahora ellos la utilizan como instrumento de lucha política

?ngel Camarillo Xalapa, Ver. 25/05/2016

alcalorpolitico.com

Familias de la Sierra de Santa Martha y en específico de Tatahuicapan de Juárez, no solo exigen frenar el suministro del agua de la presa Yuribia a Coatzacoalcos y Minatitlán, sino destinar la mitad de este suministro a la población local, destacó María Elena Roca Guzmán, autora de la investigación "La presa Yuribia y su contrato político: la política pública del agua y sus transformaciones normativas".

Es en la Sierra de Santa Martha en donde se sitúan las dos recargas de agua más importantes del sur de Veracruz; El Platanillo, el cual abastece a Acayucan, Soconusco y Olutla; y el Yuribia, el cual surte a Minatitlán y Coatzacoalcos.

"Las movilizaciones son para que les dejen el 50 por ciento del agua, para que no llegue a Mina y Coatza y desde que se inaugura la presa crece la población y de este modo, ya ni siquiera el agua de Yuribia les permite abastecerse y, en Yuribia, ya no quieren que se lleven el agua", agregó.



En todo caso, el "fracking" y el capital privado amenazan el suministro del Yuribia, al modificar la política pública del agua, de un enfoque social a uno con fines de lucro, añadió Elena Roca, por lo tanto no dudó de una continuidad en la lucha social de la presa.

Relató que la Presa Yuribia se construyó dentro del proceso de descentralización del Estado, a partir de movimientos en Coatzacoalcos y Minatitlán ante la ausencia de agua potable y la insuficiencia de los pozos para el abasto de ambas ciudades.

"Entonces se hicieron movimientos sociales para solicitar la presencia de la presa y en ese tiempo el gobernador Agustín Acosta Lagunes centraliza su poder a partir de la obra pública", explicó.



De este modo, Acosta Lagunes construyó cerca de 400 sistemas de agua y a partir de los movimientos sociales inicia el proyecto ejecutivo del Yuribia, el cual ignoró a las familias de la Sierra de Santa Martha.

"En el proceso de descentralización no consultan a los habitantes de Tatahuicapan de Juárez, en ese entonces una comunidad e instalan las tuberías", agregó.

Las labores de introducción de los ductos de agua afectaron un sitio sagrado para los pobladores de Tatahuicapan, en donde la creencia decía de la existencia de seres místicos en los mantos acuíferos y por lo tanto las obras violentaron la tranquilidad a estos entes.



Desde la instalación de la presa, los pobladores de Tatahuicapan descubrieron la utilidad de ésta como instrumento de lucha política para resolver problemas sin atender por el propio Estado y, a través de sus bloqueos, los habitantes resuelven: desde sueldos atrasados a docentes hasta problemas de infraestructura.