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Sección: Estado de Veracruz

“Hasta que no vea el cuerpo de mi hijo, no descansaré”: Madre de David Bautista

- Su hijo desapareció el 15 de septiembre de 2015

- La señora, apacible, contó que en estos últimos 2 años de búsqueda no ha tenido tiempo para ponerse triste y llorar

Rafael Mel?ndez Ter?n Xalapa, Ver. 21/09/2017

alcalorpolitico.com

Fue indescriptible el momento en el que la madre de David Bautista López, joven desaparecido el día 15 de septiembre del 2015 en la calle Ángel Carvajal de la colonia Unidad del Valle, de esta capital, se encontró de frente con el ahora imputado por del delito de desaparición forzada, José Óscar Sánchez, exdirector de Prevención y Reinserción Social (DGPRS), en la Sala de Juicios Orales de Pacho Viejo.

El exfuncionario, aparentemente educado y bonachón, entró al cubículo de espera saludando y sin saber que la madre del joven se encontraba en el lugar.

Ingresó al baño esposado y custodiado, esperando el llamado para entrar a su audiencia inicial.



La madre sí lo conocía y no pudo disimular la rabia, coraje e impotencia que se observó en sus ojos al toparse de frente con el ahora imputado por el delito que está equiparado con el de lesa humanidad.

Parecía que en cualquier momento se abalanzaría sobre él; no obstante, se mantuvo estoica, contenida y serena; aunque sus ojos transmitían otro sentimiento.

La señora López sabía perfectamente quién era Sánchez Tirado, lo supo desde hace mucho tiempo, poco después de que desaparecieron a su hijo; cuando en su intento por encontrarlo buscó ayuda, agotó todas las instancias estatales y hasta nacionales en su afán por volver a ver el rostro de su hijo y escuchar su voz.



Lo sabía porque escudriñó entre todos los escenarios, cuando rascó entre miles de datos, cuando suplicó por ayuda, cuando investigó por su cuenta, cuando no cesó de observar el caso en todos sus ángulos y hallar respuestas que hacía llegar a la Fiscalía cada media hora, en su desesperación por que se actuara.

Ahora, pese a que el exfuncionario, su pareja y seis de los siete policías, presuntos participantes de la privación de la libertad de David, se encuentran imputados y recluidos en Pacho Viejo, ella no se encuentra satisfecha.

“Hasta que no vea el cuerpo de mi hijo, hasta que no sepa qué es lo que hicieron con mi hijo, no descansaré”; señaló contundente la mujer.



La señora, apacible, contó que en estos últimos dos años no ha tenido tiempo para ponerse triste y llorar por la ausencia de su hijo.

“Siempre he dicho que quien se cae no se levanta y yo no tengo tiempo para dejarme caer”, dijo y prefirió guardarse su dolor esperando conocer el destino de su consanguíneo, para después reparar en lo que ha sido todo este proceso.

Ya dentro de la Sala de Juicios Orales se le observaba atenta a los señalamientos que hicieron el exservidor público y su pareja, sin pestañear y con todo sentimiento contenido.



Pero el suspiro le llegó al escuchar la voz de la jueza Alma Aleida Sosa cuando señaló: “se le dicta un año de prisión preventiva oficiosa, por el presunto delito de desaparición forzada, que está equiparado con el de lesa humanidad”.

Doña Mary es amable, atenta, se percibe en ella una sensación de paz. Quizá no ha encontrado el momento de hacer catarsis, pero por el momento sólo espera la próxima audiencia de vinculación a proceso, el próximo lunes; donde seguramente saldrá a la luz mucha de la información de la que es sabedora.

Aunque espera que se aplique la pena máxima a quienes participaron en la desaparición de David, sus aspiraciones van más allá de eso; Doña Mary sólo quiere saber dónde está su hijo.