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Sección: Estado de Veracruz

Huérfanos piden justicia, a su madre la atropelló un tráiler y no pagó gastos funerarios

- Acusan que la empresa no se hizo responsable de los gastos ni la manutención de los pequeños

- El culpable fue liberado luego de 72 horas

Javier B. Garc?a Veracruz, Ver. 30/04/2013

alcalorpolitico.com

Familiares, hijos y vecinos de la difunta Graciela Santiago Francisco, quien el 25 de enero de 2013 falleció al ser atropellada por un tráiler, propiedad de la empresa Servicios de Transporte Omega, se manifestaron afuera del Juzgado Quinto de Primera Instancia de la ciudad de Veracruz, por haberse dictado el auto de libertad contra del chofer.

Acusan que ni siquiera han sido apoyados con los gastos funerarios ni la manutención de los niños que quedaron en la orfandad.

Ellos se dieron cita en las instalaciones del juzgado localizado en la avenida Ignacio Allende, esquina con la calle Hernán Cortes, de la zona Centro, para solicitar a Anastasio Ariel César Robinsón Manzanilla que se haga justicia ante este caso, donde cuatro niños quedaron sin su madre.



Dijeron que chofer responsable, David Escudero Pérez, al vencimiento del término constitucional de las 72 horas, el titular del Juzgado Quinto de Primera Instancia Distrito Judicial Veracruz le dictó el auto de libertad.

Los agraviados dijeron que en ningún momento los representantes de la empresa Servicios de Transporte Omega, propietaria del tráiler responsable de la fatal muerte, apoyaron en los gastos funerarios y mucho menos para la manutención de los cuatro pequeños.

Los huérfanos niños estaban presentes cargando pancartas en apoyo a su abuela.



Graciela Santiago Francisco pereció el 25 de enero del 2013, en la avenida Framboyanes de la ciudad industrial Bruno Pagliai.

Ella contaba con 33 años de edad, con domicilio en la calle Súchil, lote 10, manzana 81, de la colonia Amapolas Uno y era empleada de limpieza de una empresa de la Bruno Pagliai.

A decir de la parte defensora de la empresa Servicios de Transporte Omega, la culpa es de la PGJ, ya que les hizo creer falsas esperanzas sin sustentar con veracidad la averiguación, haciéndoles pensar que a ellos la razón jurídica les asistía, cuando las pruebas demuestran que fue un accidente lamentable, pero originado por los peatones.