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Impotencia y lágrimas de tabasqueños al “recuperar” sus hogares

Sólo encuentran escombros, muebles y aparatos inservibles, en medio del nauseabundo olor a muerte

Javier Salas Hern?ndez Enviado especial Villahermosa, Tab. 10/11/2007

alcalorpolitico.com

Reza un adagio popular que después de la tormenta vuelve la calma, pero esto no aplica a Tabasco, pues lo peor está por empezar una vez que el nivel del agua, que inundó 70 por ciento de esa entidad, desciende paulatinamente.

Se hacen esfuerzos extraordinarios en el cerco sanitario para evitar la propagación de brotes de dengue, paludismo y cólera, así como enfermedades gastrointestinales, dermatitis y conjuntivitis.

Miles de tabasqueños, del millón que tuvieron que irse a los 400 albergues que fueron habilitados, inicia el éxodo de retorno hacia sus viviendas, sólo para ver con impotencia que el patrimonio construido con años de esfuerzo, trabajo y sacrificio, se redujo a escombros.

En la capital del estado, Villahermosa, las calles de algunas colonias que permanecieron bajo el agua más de una semana con un nivel superior a los dos metros, ahora lucen llenas de colchones, sillas, sillones, mesas, refrigeradores, ventiladores, grabadoras, modulares, reproductores de video, computadoras, estufas, teléfonos, automóviles, todo inservible.

Durante el día, entre olores fétidos y lágrimas, los tabasqueños poco a poco limpian sus viviendas y por la noche regresan a los 38 albergues que aún están activados, pues solo tienen lo que llevan puesto y una vivienda llena de lodo y humedad.

Otro número significativo de albergados esperan que el agua de las colonias populares Tierra Colorada, Asunción Castellanos, Ruiz Cortines y Gil Pérez, que aún permanecen bajo el agua, descienda para poder ir a sus viviendas.

Mientras tanto, el cielo de Villahermosa se ve adornado con el sobrevuelo constante de helicópteros del Ejército mexicano, Armada de México y Protección Civil de diversos estados del país, entre ellos tres de Veracruz.

Por tierra es constante el circular de camiones del Ejército y la Marina; brigadas médicas y de Protección Civil.

La evaluación de los daños apenas inicia y será una tarea ardua y penosa; se estima que las pérdidas son incalculables y que los 7 mil millones de pesos para la reconstrucción, anunciados por el Gobierno Federal, es insuficiente.

Tan solo el sector hotelero reporta afectaciones en 38 de sus hoteles con una estimación preliminar de daños entre 2 mil y 3 mil 500 millones de pesos y la Cámara Nacional de las Artes Gráficas pérdida total en 15 establecimientos.

Hace dos semanas en Tabasco y Chiapas cayeron 700 milímetros de agua, más del 50 por ciento (300 milímetros) de lo que llovió en Veracruz en 1999.

Las autoridades estatales se empeñan en asegurar que no hubo víctimas mortales a causa de la impresionante lluvia que obligó a desfogar la presa “Peñitas” en Chiapas.

Pero la lista de desaparecidos es grande y sus familiares claman que siga la búsqueda de esposos, esposas, hermanos, hermanas, tíos, primos, sobrinos, nietos y abuelos.

En la orilla de la carretera que conduce de Veracruz a Tabasco, aún se aprecian a grupos de personas (mujeres, hombres, niños y ancianos) de comunidades, congregaciones y rancherías de Sánchez Magallanes, Cárdenas y Comalcalco, principalmente, agitando pañuelos blancos y mantas de SOS, pues casi no han recibido la ayuda humanitaria que llega diariamente a la Quinta Grijalva, la Casa de Gobierno del Estado de Tabasco.

A la Casa de Gobierno arriban todos los días 120 toneladas de ayuda humanitaria procedente de diversos estados del país, incluido Veracruz que ha enviado en las últimas dos semanas cerca de 200 mil toneladas.

Ahí las filas de personas son interminables para recibir una despensa, de las más de 80 mil que se distribuyen todos los días.

Jorge Enrique Segura, coordinador de mantenimiento de la Quinta Grijalva, manifestó que las instrucciones del gobernador de Tabasco, Andrés Rafael Granier Melo, ha ordenado la entrega de todos los apoyos.

Aunque reconoció que hay personas que en medio de la desgracia humana lucran y se forman hasta dos o tres veces para recibir despensas, “a pesar de que se les pone tinta indeleble se la borran y se vuelven a formar pero allá ellos y su conciencia”.

Oscar Grajam López, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Tabasco, estima pérdidas económicas entre 2 mil y 3 mil 500 millones de pesos en 38 hoteles.

Sin embargo, otro dilema es mantener la plantilla laboral de 4 mil 200 empleados con un salario reducido hasta en un 40 por ciento o tener que hacer recortes.

Pues dijo que ya son dos semanas de inactividad y los empresarios no tienen soporte financiero para pagar el 100 por ciento de los salarios.

Aunado a ello, la Cámara Nacional de las Artes Gráficas reporta pérdida total en 15 establecimientos, ya que el agua en cuestión de horas, destruyó toda la maquinaria.

Maythé de la Cruz Espinosa, pide apoyo de la dirigencia nacional de CANAGRAF, que hasta el momento no ha hecho presencia en Tabasco para apoyar a sus afiliados.

Aún permanecen 40 mil tabasqueños en 38 albergues esperando la oportunidad de ir a sus casas para limpiarlas y tirar a la basura su patrimonio.

Así vive hoy Tabasco, la tierra de la cultura Olmeca, que padeció la peor tragedia natural en toda su historia; un pueblo que como el ave Fénix, trata de resurgir no de las cenizas, sino de entre los escombros y el lodo.