Inaugura Tania Ximena exposición sobre glaciar desparecido del Pico de Orizaba

Anoche se inauguró en el vestíbulo de la Galería de Arte Contemporáneo “En este Cañón hubo un glaciar “, instalación de Tania Ximena, artista que antes de la inauguración ofreció a la prensa una charla sobre su obra.

Fue en el año 2015 cuando ella grabó una serie de charlas y entrevistas, material que fue el inicio de este proyecto. En 2017, hizo pruebas de materiales para el registro de las marcas glaciares, intentó sustraer estos dibujos geológicos. La presente exposición da cuenta de todos esos registros, obtenidos a 5000 metros sobre el nivel del mar, en el volcán Pico de Orizaba, en el enorme cañón, precisamente donde antes se encontraba el glaciar.



“¿Cómo percibir un espacio a partir de su ausencia? Pensemos en la posibilidad de poner el dedo y señalar un elemento sutil en el paisaje: apenas el rastro de lo que fue una enorme masa glaciar. A través de este gesto, detonar otras maneras de acercamiento a los fenómenos”, comentó.

Y nos explica que “los glaciares mexicanos están ubicados, únicamente, en dos de los volcanes más altos de México: Iztaccíhuatl y Citlaltépetl (Pico de Orizaba). Son únicos en su tipo, ya que estos están posicionados a lo largo de una latitud tropical poco común: 19° N. Tal rareza nos hace preguntar ¿por qué siguen existiendo glaciares en México, si en ninguna otra parte del mundo existen glaciares a lo largo de esta latitud?”



Para la autora resulta interesante el pensar un glaciar como un testigo silencioso de la historia. Y nos explica que “desde su nacimiento en la Pequeña Edad de Hielo, su juventud por la calurosa Edad Media hasta su muerte, en vísperas del siglo XXI. El retroceso del glaciar de Jamapa comienza hacia finales de la Pequeña Edad de Hielo (~1850) acentuándose entre la década de los cincuenta y los noventa; su retroceso y desaparición fue exponencial. Casualmente, esta desaparición coincide con los fenómenos relacionados a esta nueva era geológica: el Antropoceno”.

“El Glaciar de Jamapa, -detalla- es una enorme extensión del Glaciar del Norte, se formó sobre uno de los flujos de lava más recientes en la historia eruptiva del volcán Pico de Orizaba. A lo largo de los últimos cuatro siglos, los movimientos de este glaciar fueron esculpiendo las inmensas rocas ígneas que en su momento fueron expulsadas desde el interior del volcán. “



“Cuando el glaciar desapareció por completo, a mediados de los noventa, dejó su huella grabada sobre el lecho rocoso en forma de profundos arañones como los de un gato sobre la piel. La primera vez que documenté este hecho me conmovió ver cómo la fuerza del hielo sobre la roca maciza parece un intento involuntario del glaciar por dejar su huella en el mundo”.