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Sección: V?a Correo Electr?nico

Jacobo Zabludovsky, el mito viviente

?ngel Lara Platas 28/05/2013

alcalorpolitico.com

Mientras otros disfrutan de su fama, el licenciado Zabludovsky disfruta plenamente de su trabajo de reportero.

A diferencia de muchos, Jacobo Zabludovsky usa el micrófono como la mejor vía de la palabra y el periódico como el mejor medio para hacer trascender las ideas. Por supuesto que no ha escatimado en las bondades que ofrece la cibernética.

Escribiendo o hablando, siempre hace uso de una de sus principales fortificaciones: su natural capacidad universal de la síntesis. Puede sintetizar toda una época en tan sólo una frase.



El legendario conductor del noticiero 24 Horas, creó un estilo –insuperable aún–, de hacer periodismo por televisión. Dejó a un lado el formato del periodista que frente a la cámara se convierte en tan solo un lector de noticias, y adopta un formato ágil, novedoso y atractivo. Su público le ha admirado su compromiso de escoger las palabras que, por su ligereza o señorío, aviven la noticia.

La sabia Santa Teresa de Ávila decía que el humilde ve las cosas como son, lo bueno como bueno, lo malo como malo. En la medida en que un hombre es más humilde, crece una visión más correcta de la realidad.

Un detalle que ha caracterizado al Licenciado Zabludovsky en su vida profesional, es la humildad. Toda su carrera como periodista ha estado marcada por la sencillez en su trato y la congruencia entre su tarea y los valores que, como fieles compañeros, siempre los ha llevado a su lado.
Jacobo es una persona muy orgullosa de haber nacido en un barrio pobre: el barrio de La Merced. También orgulloso de otro barrio: el barrio Universitario. Indiscutiblemente que es uno de los mejores frutos de ambos barrios, pero particularmente del universitario.



Sin titubeos se puede afirmar que es un producto genuino de la formación universitaria. Zabludovsky formó parte de aquella generación de los grandes pensadores mexicanos. Él mismo es un destacado intelectual.
Su fama trasciende las fronteras de México.

Fue el único reportero mexicano en Cuba que entrevistó al Che Guevara, el mismo día que Fidel Castro y sus guerrilleros entraron a la Habana.

Es también el único periodista que ha entrevistado al prestigiado chelista catalán Pablo Casals en su casa de Puerto Rico. Igual exclusividad obtuvo del mítico pintor español Salvador Dalí.

Pareciera olvidado, pero toda vía en la mente de mucha gente aparece como imborrable recuerdo aquella entrevista en Lima, Perú, que con estilo poético Jacobo Zabludovsky le hizo a la cantante y compositora peruana Chabuca Granda, teniendo como fondo musical una de sus máximas glorias: Fina Estampa.



Una de las imágenes que el diestro camarógrafo captó en esa entrevista, fue el fino perfil del padre de María Isabel Granda, sentado en una mecedora como la que Agustín Lara usaba en su casa de la bella y pulcra Tlacotalpan (Veracruz) para mecer su inspiración de poeta. Igual que el Flaco de Oro, Don Eduardo Granda también se mecía solo que para observar, de lejos, cómo frente al reportero su hija inspiraba sus respuestas en el aroma de la flor de la canela. “Fina estampa, caballero de fina estampa…”

Cuando el escritor colombiano Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura, rogó la presencia de su gran amigo Jacobo Zabludovsky para que lo acompañara, en calidad de invitado de honor, en tan significativo evento para la vida del escritor conocido también como “Gabo”.

Y qué decir de sus encuentros periodísticos con Indira Gandhi, Sir Winston Churchill, Julio Iglesias, su adorada amiga María Félix, y muchísimos otros personajes de la política, el arte, la cultura y la ciencia.



En cuestiones del Tango es un experto. Adora a Carlos Gardel al que bautizo como el mudo.

Sus entrevistas son una verdadera delicia periodística, igual que la lectura de sus artículos. Las frases brotan a llamaradas y las palabras adquieren formas convertidas en imágenes, que cadenciosamente danzan en las mentes de su complacido público.

Se sabe que su primer embeleso fueron los libros. Y a la fecha siguen siendo su fuente inagotable de inspiración y de conducta. Hasta pareciera que su pasión por la lectura es nutrida con el hojear de los libros que lee, que para los oídos de Jacobo vienen siendo como el dulce aleteo de las alas sublimes del saber.



Pero no podemos continuar hablando del periodista, como profesional, si no nos detenemos para tocar la parte humana.

Para el laureado periodista la comunicación con su familia es fundamental. La unión familiar ha sido inquebrantable a pesar de los éxitos y los momentos de alta decisión.

Uno de los principales ejes de su desarrollo como periodista exitoso y como personaje ejemplar, es Sarita, su esposa. Sarita no tan solo lo ha apoyado en sus decisiones, a veces también ha tenido que enmendarle la plana o revisarle la tarea.

Igual que su marido, Sarita es una persona preparada, culta y muy sensible. No se podía entender de otra manera.

¿Alguien no conoce a ese personaje, pulcro en su vestir y formal en su andar, llamado Jacobo Zabludovsky? ¡Vaya, hasta los taxistas son sus cuates, sus improvisados reporteros!

Qué significativo fue su paso por la Revista Siempre!, de su gran amigo José Pagés Llergo; como importantes las reuniones de aquel nutrido grupo de personajes que se congregaban los viernes en el restaurante español El Parador de José Luis, ubicado en la calle de Niza (antes que esa zona cambiara de color), para discutir sobre los temas más importantes del país. No fueron pocas las veces que los comensales vieron brotar conclusiones trascendentales que abonaron la cosecha cultural y política de México.



Jacobo Zabludovsky es el periodista mexicano con mayores distinciones. Ha recibido premios, condecoraciones, diplomas y nombramientos. Y los sigue recibiendo.

Recientemente acaba de ser distinguido con una de las máximas preseas que otorga la Cámara de Diputados: la medalla Eduardo Neri, por sus 70 años en el oficio de comunicar.

El reconocimiento que prontamente le entregará la revista Entérate -su preferida-, tendrá una especial connotación. Ya lo veremos.



El mexicano más conocido en el mundo, investido en la antigua escuela de jurisprudencia de la UNAM, Jacobo Zabludovsky, tiene una misión cardinal que cumplir: continuar con la construcción del periodismo libre y respetuoso, tal como bien nos acomoda a los mexicanos que amamos nuestro país.