Simple y sencillo. ¿Dónde están? ¿Quiénes se quedan o benefician, con los miles de millones de pesos que no se entregan, habiéndose aprobado y presupuestado? ¿Qué otro pretexto para no pagar a la UV y a órganos, poderes, instituciones y dependencias que se les debe, retienen o desvían sus recursos? ¿Qué otra ocurrencia, berrinche o capricho se pondrá en práctica para atacar y destruir a la UV?
SAQUEAR Y DEBILITAR
No hay que darle vueltas, ni buscar pretextos e infundadas justificaciones para no advertir ni señalar lo que es obvio.
Contrasta escándalo y atención cuando capturan a un malhechor que asalta o se roba unos pesos; y el silencio cómplice, desinterés, pasividad y resignación, cuando desde el gobierno delincuentes con fuero y sus bandas asaltan, saquean y se enriquecen, en el uso y abuso, disposición y apropiación de millones y hasta de miles de millones de pesos; y, además dañan debilitan y destruyen el Estado de Derecho y las instituciones. “No pasa nada, todo está bien y viene lo mejor”.
RESPONSABLES Y CÓMPLICES.
Directo y claro: es inaceptable la injusticia y el tamaño del daño perpetrado a la UV; y, preocupan y ocupan más, afectaciones mayores que le quieren causar, incluyendo supuestas reformas y ajustes presupuestales, para pretender ocultar o corregir algunos déficits y perjuicios causados por la irresponsable y cuestionada forma de administrar.
No es la primera vez. Acciones y reacciones que, más bien, parecen berrinches y venganzas personales. Inútil y patético seguir con la farsa del respeto y apoyo que no se demuestra en los hechos; y con la hipócrita declaración de respaldo al “alma mater”.
Oportuno y necesario alertar. La afectación y debilitamiento de la institución, que puede ser mayor con lo que se proponen hacer, en complicidad con la mayoría de la legislatura (si los apoya), esto es, evadir o minimizar responsabilidades constitucionalmente asentadas. Empezando por no pagar lo adeudado y negar su calidad de patrón. Olvidase que, al fin y al cabo, todos son trabajadores a su servicio; y, sobre todo, demasiados tienen derechos adquiridos que se deben garantizar.
Por favor. A estas alturas, no se necesita ser experto en finanzas para asegurar que en el gobierno estatal, ineptos y corruptos han logrado saquear y mal administrar, endeudar injustificadamente y hasta privatizar, para favorecer socios, cómplices y a ellos mismos.
Tampoco ser especialista en derecho, para señalar que complicidad y encubrimiento han fortalecido a intocables y reciclables, institucionalizando, en buena medida, a ineficientes y delincuentes, en la continuidad de la impunidad.
Y tampoco hay que ser perito contable prestigiado, para identificar y definir lo escandalosamente notorio, el debilitamiento o quiebra de órganos, instituciones y dependencias del gobierno.
Así de simple, sobran subterfugios y pretextos para eludir y abandonar responsabilidades hacia la UV, además de no entregarle puntualmente sus recursos presupuestados y de disminuirle el monto anual presupuestal, de aportación estatal (que causa, a su vez, uno similar federal). Hechos que son faltas y delitos procesables y sancionables.
No hay duda. Hay toda una intención oficial y personal de aumentar el tamaño del daño. Y no sólo a la UV, al Instituto de Pensiones, al Poder Judicial, sino también a un sinnúmero de instituciones, dependencias y órganos, así como a los mismos poderes y municipios que, se supone deberían ser atendidos y fortalecidos. Sigue y crece la involución y destrucción de instituciones gubernamentales en Veracruz, causadas por el mismo gobierno del estado.
Pobre Veracruz más pobre. Casi doce años de arbitrariedades y abusos, de ineficiencia y corrupción, de delincuencia e impunidad gubernamental descarada y creciente.
Preciso insistir ante la gravedad del daño y su crecimiento. Ahí está los hechos inocultables: destrucción institucional, saqueo de recursos públicos, incremento injustificado de deuda pública, privatizaciones a modo para favorecer y favorecerse, aumento de pobres y hambrientos, creciente inseguridad y violencia, y lo que está en marcha con el hampa electoral.
Insistir e insistir, Veracruz ya padece de un sinnúmero de afectaciones institucionales. Esto es, está lleno de atrocidades, desastres, abusos y perversidades gubernamentales.
A todos se debe y a todos se engaña y daña. Inconformidad, protesta, inseguridad, incertidumbre, pérdidas, limitaciones, sacrificios y afectaciones a terceros.
SERVILES, PALEROS Y CONVENENCIEROS.
Regresando al tema. No hay razón ni Derecho, por más que pretendan, de una y mil formas, insistir en debilitar y destruir a la UV, a través de medidas y acciones, elaboradas y presentadas, como adecuadas y sustentadas, por serviles y abyectos, que alrededor o bajo las órdenes del que dicen que manda, convenenciera e irresponsablemente alientan tamaño disparate, atentado y reiterado esfuerzo, por destruir una institución de educación superior, tan necesaria para las y los veracruzanos presentes y futuros.
No hay Derecho ni razón. A menos que se trate de otro tipo de motivaciones igualmente injustificadas e irrazonables.
Ver para creer. No se sale de una para entrar a otra, Obligado cuestionar y preguntar.
La nueva embestida contra la UV, ¿no es más que la reiteración de un odio injustificado, de un complejo profesional acrecentado o de una rara enfermedad política, física o mental? ¿O de qué se trata?
Pero más allá de las especulaciones e indagaciones, sobre injustas y desatinadas intenciones. Si bien hay que identificar orígenes y responsables, es más importante asumir la defensa activa de la UV frente a conductas y acciones de gobierno injustas, arbitrarias y prepotentes.
En peligro, la prioridad de toda política y del gobierno: el bienestar de los veracruzanos.
Injusto e irrazonable exponer presente y futuro de cientos de miles de familias y jóvenes. Todo como consecuencia de una pésima administración y peores dizque soluciones o remedios, que se pretende imponer y aplicar.
La educación superior gratuita y de calidad, como otros servicios gubernamentales, es un derecho irrenunciable de un pueblo que tiene a gobierno y servidores públicos a su servicio. Sin excepción deben servirle y no servirse, y mucho menos perjudicarle hasta sacrificarle.
¿Dónde están los miles de millones de pesos? ¿Por qué no se paga lo autorizado y presupuestado?
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