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Sección: Estado de Veracruz

La dimensión de la elección

José Roberto Ruiz Saldaña 24/02/2021

alcalorpolitico.com

El presente proceso electoral concurrente, es decir, el federal y los 32 locales, es el más grande de la historia del país. Las razones que generan su particular dimensión es el crecimiento de la Lista Nominal y el número de cargos a disputar precisamente porque, por primera vez, por lo menos una elección local coincidirá con la federal en las 32 Entidades Federativas.

A la fecha, la Lista Nominal cuenta con 92.5 millones de mexicanas y mexicanos y esto tiene un efecto multiplicador. A mayor número de potenciales votantes es mayor el número de casillas a instalar (se tiene una estimación de 163,244); de ciudadanía requerida para fungir como Funcionarios o Funcionarias de Mesa Directiva de Casilla (se estima en 1,469,196 personas); así como de Capacitadores o Capacitadoras Asistentes Electorales (CAES) quienes se encargan de visitarles, notificarles y capacitarles sumando en este proceso electoral 41,081 CAES, coordinados por 6,992 Supervisores y Supervisoras Electorales. En una primera etapa las y los CAES deben visitar 12.2 millones de mexicanos y mexicanas, esto es, a la ciudadanía sorteada.

En cuanto a la dimensión de la elección se tiene proyectado un total de 22,829 contendientes en todo el país, a quienes el Instituto Nacional Electoral (INE) habrá de fiscalizarles sus ingresos y gastos. Destacan, entre otras elecciones, 15 Gubernaturas y casi 2 mil Ayuntamientos que se renuevan.



El proceso electoral federal, iniciado el pasado 7 de septiembre, significa la intensificación del trabajo -incluso desde meses previos- en el Instituto Nacional Electoral. A la planeación y organización del proceso electoral hay que sumar siempre más actividades, con motivo de las diversas atribuciones del Instituto, las cuales deben ser desahogadas al mismo tiempo, como fue el procedimiento de otorgamiento de registros a nuevos partidos políticos nacionales retrasado por la pandemia, la designación de Consejeras y Consejeros de los Organismos Públicos Locales, la Consulta Popular, incluso actividades no previstas como la encuesta al partido morena para definir a su Presidente y Secretaria General organizada por el INE debido al mandato del Tribunal Electoral, por mencionar solo algunos ejemplos.

La ejecución e implementación de las actividades previstas van generando necesidades de intensificación y profundización en la coordinación, la comunicación y la toma de decisiones, tanto al interior del INE como con otras instituciones. La gestión en cada proceso electoral, hay que recordarlo, se ve determinada a su vez por retos climáticos, conflictos sociales, coyunturas políticas, la diversidad cultural, la extensión y hasta la orografía de nuestro país, entre otros factores.

Precisamente por la complejidad, alta especialización y necesidad de profundizar en el conocimiento de la gran Institución que es el INE, desde 2017 me di a la tarea de visitar los 300 Distritos Electorales que conforman la geografía electoral federal. Lamentablemente, por la presente pandemia hasta el momento he podido realizar visitas presenciales en 99 Juntas Distritales del INE de 21 Entidades Federativas.



Estas reuniones de trabajo, a partir de un diálogo directo con el personal de las oficinas desconcentradas del INE, me ha permitido recabar propuestas, demandas y retroalimentación sobre el funcionamiento administrativo y organizacional del Instituto, mucho de lo cual he impulsado en oficinas centrales. La Alta Dirección, es cierto, requiere que se escuche -con genuina apertura y humildad- al personal que desde un modesto escritorio, de alguna modesta oficina, ubicada en el lugar más lejano, trabaja y aporta dentro de un complejo engranaje, en la Institución.

Un aprendizaje aún más concreto a partir de tales reuniones de trabajo en las Juntas Distritales es que un estilo directivo de acercamiento con las y los compañeros del INE, precisamente desde donde realizan sus tareas, es motivante para ellas y ellos porque dicha cercanía les hace ver que su trabajo importa; cuando a dicha cercanía se le suma la petición de poder escucharles, esto es, que se expresen y no solo se limiten a escuchar, a la motivación se le suma a su vez gratitud institucional por ser tomados en cuenta y un sentido de empoderamiento y dignificación de su persona.

A esa dimensión cuantitativa de la elección que señalaba al inicio hay que añadir, entonces, ese empeño, sacrificio y pasión que ofrecen miles de compañeros y compañeras del INE en cada rincón del país -regularmente inadvertidos- quienes me han hecho revalorar el significado de la organización de las elecciones y de servir en el servicio público.


Consejero electoral del INE
@Jose_Roberto77