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Sección: Cultura

La Galería Flavia presenta la exposición “Apuntes para un Domingo Sombrío”, Rafael Rodríguez

Esta muestra surge a partir de una serie de anécdotas alrededor de la canción húngara del suicidio: “Szmorú Vasárnap” (Domingo Triste)

Arturo Benjamín Pérez Xalapa, Ver. 20/08/2018

alcalorpolitico.com

Rafael Rodríguez expone “Apuntes para un Domingo Sombrío”, a partir de este martes a las 19:00 horas, en la galería Flavia, de Jiménez 42, por los Berros, invitación que se hace extensiva a todo el público. Con la sugerencia, llegar temprano.

Sobre esta muestra, el maestro Manuel Velásquez nos comenta que esta muestra surge a partir de una serie de anécdotas alrededor de la canción húngara del suicidio: “Szmorú Vasárnap” (Domingo Triste), cuyos versos, traducidos a unos cien idiomas, han sido interpretados por cantantes como Billie Holliday, Ray Charles, Serge Gainsbourgh y Bjork.

Es llamada canción del suicidio porque, tras componerla en 1933, muchos fueron los que se suicidaron escuchándola. Lo que la convirtió en una canción “maldita”, prohibida en Hungría. Su autor fue el compositor húngaro Rezso Seress (1889-1968), judío nacido en Spitzer.



Los investigadores aseguran que el autor de la letra, según la leyenda, fue motivado por su amor a una mujer casada de Lászlo Jávor. Manuel Velásquez nos comparte un fragmento:

Domingo Triste

Triste domingo, con cien flores blancas/ Y ornado el altar de mi loca ilusión/ Donde mi alma se ha ido a postrar/ Mientras mi boca llamándote está/ Muere en mi sueños ocasos de hastío/ Cansados de espera y de soledad.
¡Triste domingo!
Tú no comprendes la angustia terrible / De estar esperando, sin verte, llegar / ¡Vuelen tus pasos que debo marchar! / No ves que muero con mi loco afán / Quiero que seas la blanca y piadosa / Mortaja que cubra mi hora final

¡Triste destino! (…)

Para Velásquez, Rafael Rodríguez, «parece retomar las notas de este relato, afincándose en su significado existencialista. Su pintura, de una fuerte carga atmosférica, parece sumir a sus personajes en una hipnótica entrega al desastre. Rafael Rodríguez ha emprendido hace largo tiempo la tarea de que sus imágenes contengan una fuerte presencia del pasado, parecen recuerdos recuperados, acontecimientos evocados, personajes conjeturados, parece cultivar imágenes que neutralizan el olvido.»

La invitación está abierta a todo el público.