Aunque un aspecto positivo de la reforma al Sistema de Justicia Penal en nuestro país es la oralidad de los juicios, ésta reduce las garantías individuales, así como los derechos ciudadanos, es decir, estrecha el sistema penal democrático.
Así lo consideró el jurista mexicano y ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sergio García Ramírez, quien expresó que dicha reforma constitucional tiene “claroscuros”.
Opinó que la reforma se requiere ver más allá de la oralidad de los juicios, ya que abarca temas de seguridad pública y justicia penal.
“Los juicios orales son una parte menor relativamente de la gran reforma y del gran sistema de justicia penal y de seguridad pública. Desde mi propia perspectiva ésta es una reforma constitucional de doble rostro, tiene aspectos amables y aspectos que no lo son, yo diría que tiene claroscuros”, expresó.
Aclaró que entre los aciertos de la reforma constitucional están los juicios orales de manera general; sin embargo se pronunció por analizar cuál es el comportamiento en la marcha.
Aseveró que un espacio no “muy positivo” es que se han reducido las garantías individuales, así como los derechos ciudadanos, es decir, se ha estrechado el sistema penal democrático.
Sergio García Ramírez manifestó que también se debe observar la actuación de la policía, de los ministerios públicos y el estado que guardan las prisiones.
“No es posible encerrarlo todo en una sala de audiencias y decir que lo que está allí es toda la reforma, lo que está allí es probablemente excelente, pero también hay que analizar lo que no está allí, lo que está en otros espacios de la reforma jurídica”, indicó.
Insistió que la obligatoriedad de los juicios orales es apenas una pequeña parte del Sistema de Justicia Penal en general; sin embargo consideró que nacieron sin suficiente consenso y conocimiento en los distintos ámbitos en que se tiene que aplicar.
Recordó que la aprobación de la obligatoriedad de los juicios orales se llevó a cabo con intensa deliberación interna, para lo cual no estamos suficientemente preparados.
“No es producto de un consenso, de un convencimiento generalizado, esto hace que sea más difícil poner todo esto en práctica”, insistió.
El ex procurador de Justicia del Estado de México mencionó que hay quienes opinan que dicho sistema procesal penal es ajeno a nuestras tradiciones, capacidades o gustos, que además es importado de los Estados Unidos, que trata de imponerse como una novela de televisión e importado de América del Sur, particularmente de Chile, lo que genera resistencias “naturales”.
Por ello estimó que pasará mucho tiempo antes de que se aclimate el nuevo sistema en el país y es que externó que para que funcione la oralidad de los juicios se requiere de jueces, ministerios públicos y abogados postulantes preparados en el tema.
Propuso conocer las experiencias de los estados donde ya se ha implantado la oralidad de los juicios, para saber cuáles han sido los tropiezos y rectificaciones como en Chihuahua y Nuevo León.
Vergüenza, prácticas contra migrantes
El ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos resaltó ahora que prácticamente se proclamará la reforma en derechos humanos en México, lo que se debe hacer es cumplir las leyes, abandonar los discursos, tener nuevas actitudes y depurar las instituciones.
Consideró que en esta materia nuestro país debe rectificar algunos puntos que han sufrido un retroceso, ya que es una vergüenza y desgracia nacional la actuación de las autoridades en contra de los migrantes de Centroamérica.
“Es trágico y absolutamente inaceptable. Es peor que lo que nosotros, mexicanos, denunciamos en el norte, que las prácticas con las cuales se ha lastimado a nuestros compatriotas indocumentados en el país vecino del norte, pues nosotros somos el país vecino del norte para los países sudamericanos”, expresó.