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Sección: V?a Correo Electr?nico

La responsabilidad social de los científicos

Manuel Mart?nez Morales 02/08/2012

alcalorpolitico.com

Tal vez por la naturaleza del trabajo científico, la mayoría de los investigadores tienden a trabajar aisladamente o en pequeños grupos. O es posible que esta condición se deba a las formas en que la investigación científica es organizada institucionalmente. Lo cierto es que los científicos en nuestra sociedad participan muy poco en la elaboración e implantación de políticas y estrategias para el desarrollo de la ciencia y la tecnología a nivel nacional o regional.

En ciertas ocasiones las universidades, y los universitarios, se apartan del lugar que eligieron para moverse hacia la gente común, se comprometen con ellos y devuelven a la sociedad parte de lo que ella invirtió en su formación –apunta el analista Raúl Zibechi. Cuando esto sucede los resultados suelen ser interesantes, ya que multiplican el esfuerzo por el cambio social, que nunca sucede dentro de los campus sino allí donde transcurre la vida real.

Por ejemplo, recientemente se realizó el séptimo Encuentro Nacional de Geógrafos, organizado por la Asociación de los Geógrafos Brasileños (AGB), donde unas 7 mil personas, en su mayoría estudiantes y licenciados jóvenes, abordaron los principales problemas políticos del país, además de sus propias inquietudes profesionales. La estructura del encuentro, y el tipo de debates encarados, muestran que se trata de algo diferente a lo que suele suceder en esos espacios.

Las 20 mesas redondas se ordenaron en torno de siete ejes temáticos: la
restructuración en curso del capital, las prácticas educativas de la geografía, Brasil en América Latina, movimientos sociales y resistencias, naturaleza y sociedad, saberes geográficos y luchas sociales, y lenguajes y tecnologías.
Fue un encuentro en el que participaron militantes sociales y profesionales comprometidos, algo que no es frecuente en estos tiempos.

La organización de eventos científicos como este, autogestionarios y fuera de los circuitos estrictamente académicos, abre una alternativa a la participación social de los científicos, quienes hasta ahora hemos dejado el campo abierto para que sean burócratas y políticos quienes, en función de sus intereses facciosos, decidan cómo y con cuánto se ha de financiar la investigación científica, a qué instituciones o individuos se ha de apoyar e incluso cuáles han de ser las modalidades y la orientación de la propia investigación científica.

En México ya se dan los gérmenes para hacer ciencia de una manera que conlleva un compromiso social. En el año 2006 se fundó en nuestro país la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS), con el propósito declarado de de “propiciar una reflexión profunda y emitir opiniones fundadas, con el auxilio de nuestras disciplinas y en un espacio interdisciplinario de debate sobre la relación de la ciencia con la sociedad, y en particular sobre el papel de los centros de poder en la generación y aplicación del conocimiento.”

Me parece muy relevante que, en este tiempo y lugar, se haga patente que los avances científicos y técnicos han abierto muy alentadoras perspectivas para elevar la calidad de la vida de la humanidad de manera notable. Sin embargo, hasta ahora sus beneficios se han distribuido de forma muy desigual en el mundo.

A la vez, el conocimiento científico y tecnológico ha sido utilizado sin el debido control social de sus impactos, los cuales han contribuido a crear problemas ambientales y de salud no previstos, con alcances muchas veces catastróficos, y cuya solución suele ser difícil y costosa. En forma creciente, la ciencia y la tecnología han sido puestas al servicio de la acumulación privada de capital y del ejercicio ilegítimo del poder, incluyendo el desarrollo de instrumentos bélicos con una inmensa capacidad destructiva.

Comparto con los integrantes de la UCCS, el concepto que tienen de la ciencia: “La ciencia es un conjunto de prácticas que generan conocimiento valioso para comprender y para intervenir en la realidad natural y social, y de ella han derivado y se pueden generar aplicaciones con amplios beneficios para la sociedad y el ambiente. Por tanto, debe garantizarse el derecho al conocimiento científico a todos los mexicanos como parte del acceso a la cultura y de la formación integral y crítica… La producción del conocimiento científico es incompatible con actitudes dogmáticas y autoritarias, pues se basa en el análisis racional de datos, pruebas, evidencias y conocimientos disponibles para una colectividad.”

Es urgente avanzar en la educación científica y tecnológica del país, e integrar el avance de la ciencia y el desarrollo tecnológico en todos los sectores económicos, promoviendo la apropiación de los resultados de la ciencia y de la tecnología por parte de todos los grupos sociales para conocer y transformar la realidad en su beneficio, mediante un adecuado conocimiento de sus potenciales, así como de sus riesgos y limitaciones.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.