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Sección: V?a Correo Electr?nico

Mutatis mutandis

La traición como atracción. Nano-priísmo en Veracruz

Rafael Arias Hern?ndez 05/06/2013

alcalorpolitico.com

En todas partes se sabe, porque de una u otra forma se observa y se padece.
Causa y efecto. Consecuencia anunciada y esperada. Se hace lo que se aprende, bien o mal. Se cosecha lo que se siembra.

Qué se puede esperar, ante la poca o nula, rara y cara, intrascendente actividad partidista. Ante la invisible e imperceptible presencia cosmológica e ideológica, otrora característica distintiva del partido (cuando menos como intento propagandístico). Ante la insensibilidad y ausencia, del amplio, puntual y oportuno respaldo o señalamiento, a las acciones gubernamentales (federales, estatales y municipales) que lo ameritan. En resumen, salvo excepciones, ni ideas, ni acciones que distingan o reflejen el trabajo que se realiza. Simple multiplicación por cero, a todo lo que tocan o se hacen cargo.



Las preguntas, imparables se repiten:

¿Cuáles actividades partidistas?

¿Con qué trabajos y resultados se ha ganado credibilidad y confianza popular?



El silencio como respuesta.

La simulación como explicación.

Y al final, poco o nada, del imprescindible compromiso social, de los hechos que respalden a lo dicho.



Eso sí, listos para los negocios y las ganancias; y precoces expertos en el porcentaje, el cuanto y el “de a como no”.

Simples referentes y antecedentes. En Veracruz, el nano-priísmo a su máximo esplendor y gloria; sin límites ni recato. La partidocracia le favorece y estimula en múltiples formas. Todo con cargo al presupuesto.

¿En los partidos políticos, cuál transparencia, acceso a la información, evaluación y rendición de cuentas? ¿Y los derechos y libertades ciudadanas, de militantes y simpatizantes? La autoridad electoral ciega, sorda y discapacitada a conveniencia.



Mal de muchos…pacto, compacto e impacto como forzado remedio; y último recurso del obligado control de daños.

¿Qué hacer, se preguntan “los de a pie”, “la prole”, los de la calle?

Y ahí van, viejos y nuevos representantes partidistas, de esta corriente política minoritaria, de la cual se puede esperar lo inesperado. Ampliamente reconocidos por su capacidad para sorprender, al superar fácilmente lo malo con lo peor, ya que creen que sus fines justifican sus medios; y su creciente y notoria irresponsabilidad e ineficiencia, no agota ni agotará la paciencia ciudadana y social.



No importa el tamaño del daño, total bien se sabe que aquí, lo prometido es deuda. ¿Hora de hermanarse con Tabasco, Coahuila y otros estados?

Pluri enanismo

Bien se decía. Se anticipó la existencia de la fechoría.



Sólo “los listos” del nano- priísmo escondían la lista de los “pluris”, sabían lo vergonzoso e inaceptable de su contenido. Vitamina pura para el desencanto.

Ya no hay duda. Se prueba y comprueba la exclusión y falta de respeto a las bases. Ilegitimidad y total falta de democracia interna. Se prueba que el que no tranza, no avanza; y que el gandaya, no batalla.

Simple continuidad del viaje sin retorno del oportunismo al cinismo, de la desfachatez a la descarada afrenta. Sólo hay que agregar mediocridad y corrupción, ineficiencia y delincuencia.



Objetivo logrado, más que tristeza o pena ajena, lo que causa indignación.

Confían y creen que pueden actuar arbitraria y descaradamente, sin principios y respeto a militantes y simpatizantes, así como a la sociedad en general.

Sin justificar ni explicar, sólo para su beneficio negocian y otorgan candidaturas directas y proporcionales, oportunidades y recursos partidistas que no les pertenecen.



Ante los límites, tienen que oír la voz que no se calla. El grito que no se detiene. El reclamo generalizado y la indignación creciente.

¿Con base en qué atribuciones entregan a prófugos, improvisados, presuntos responsables, familiares y cómplices, valiosas oportunidades, que muchas otras y otros, a lo largo del tiempo y en todo el territorio, han ganado y ganan, porque simplemente tienen innegables trabajo, derechos y mayores merecimientos?

¿Esto es parte del código de ética del partido?



Hasta hoy no se ha dado la mínima explicación. ¿Por qué? ¿Y los documentos básicos?

Los responsables deben y tienen que dar la cara. La estrategia de otorgar lo que no es suyo tiene límites. Ni borregos al matadero, ni chivos en cristalería.



Respeto y apoyo a quienes se mantienen en las trincheras partidistas de los principios, los ideales, el trabajo y el derecho ganado a pulso. Dignos candidatos, militantes o simpatizantes, representantes de la cultura del esfuerzo, que tanto defendió Luis Donaldo Colosio. Inolvidable ejemplo, víctima y sacrificado por caracterizar al auténtico priísmo que, aunque les pese, todavía identifica a muchos, a innumerables. A ellos, -candidatos, dirigentes o militantes-reconocimiento, respaldo y apoyo.

Y también reconocimiento, a los héroes de todos los días, a las mujeres y los hombres de cualquier partido, ideología y creencia; a los modestos y honestos ciudadanos de todo tipo que, desde su sencilla o significativa posición, sostienen el imperio de la ley, así como la decencia y el decoro mínimos e indispensables, hará la convivencia pacífica y civilizada.



De ahí que no es de extrañarse, que en esta época de elecciones, sea más importante el candidato que el partido; la trayectoria y experiencia, las propuestas compromisos y resultados. Y para muchos, la lealtad hacia militantes y simpatizantes, así como el trabajo partidista.

Partidocracia presente

La democracia es pluralidad, diferencias; y también coincidencia, interés social o bien común. Hasta en alianzas temporales o fusiones permanentes. En incorporaciones y renuncias, quien avisa no traiciona. En política, preciso asegurar eficiencia y resultados, credibilidad y confianza, honestidad y decencia. No a la ineficiencia y a la delincuencia.



En todo caso, el ejemplo no puede ser el voluntarismo y la conveniencia extrema; ni la traición como atracción; y tampoco la jugosa recompensa, a la falta de principios.

Injustificable el recurso fácil y el cínico pretexto de que, también lo hacen los otros. Mal de muchos, es y sigue siendo eso, mal.

Alentar la deslealtad, la complicidad y la impunidad socava y destruye a cualquier institución; además, es otra forma de apoyar la ineptitud y la delincuencia. Esa es su responsabilidad.



El nano-priísmo es una expresión más, de muchas que ha impuesto, en todos colores y sabores, la partidocracia dominante.

La misma que convierte a los partidos políticos en concesiones personales o familiares; en franquicias electorales disponibles al mejor postor; en instituciones públicas protegidas por la ley, con subsidios y prerrogativas que sirven para “lavar y planchar” recursos de dudosa o ilegal procedencia; en refugio y centro de acción, de conocida delincuencia electoral que lo mismo compra y vende votos y actas, que gestiona y obtiene resoluciones y sentencias.

Partidocracia que reduce al ciudadano, origen y destino de la política, en víctima, damnificado o simple espectador; que mantiene a militantes y simpatizantes fuera de los órganos de decisión y los excluye de los procesos de elección a los cargos partidistas y a los puestos de representación pública y gubernamental. Esa que favorece la imposición de cónyuges, amantes, socios e incondicionales, sin importar su notoria incapacidad, mediocridad e irresponsabilidad.



En fin, lo trascendente es que a pesar de todo y de todos.

Por encima de las limitaciones y defectos de nosotros, así como las de los otros. Lo importante es sostener el esfuerzo y no claudicar, participar es el verbo; imprescindible votar, elegir y revocar; también evaluar y exigir cuentas para reconocer o fincar responsabilidades.

A fin de cuentas, la democracia es una interminable construcción, responsabilidad y reto de cada generación.



Verdadera participación libre y plural, responsable y propositiva.