La Universidad Veracruzana, bajo sistemáticos ataques con segundas intenciones

La Universidad Veracruzana (UV) llega al último tramo de su actual administración superando no sólo todas las cifras anteriores en materia de desarrollo académico, tecnología, equipamiento e infraestructura, por citar apenas algunos ejemplos, sino que lo hace en el momento de mayor madurez política y académica de toda su historia.

A pesar de importantes restricciones presupuestales, esta casa de estudios ha incrementado exponencialmente en los últimos años, por ejemplo, el número de sus profesores de tiempo completo aceptados en el Programa de Mejoramiento del Profesorado (Promep) o que ingresaron al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), y ha innovado mecanismos de apoyo adicional a los profesores cuya productividad y calidad está avalada al interior y al exterior de la institución.

También destacan los importantes avances en el Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), así como el trabajo, más robusto aún, de evaluación permanente al modelo y su aplicación en facultades. Este trabajo de seguimiento constante ha permitido no sólo atender sino resolver importantes pendientes en la aplicación del modelo y que han sido tema de un nutrido e intenso debate al interior de la Universidad.

Si bien al interior de esta casa de estudios no se soslayan los pendientes de primera importancia que aún se deben atender, ha crecido de manera exponencial el número de profesores, investigadores y estudiantes que se han manifestado respecto de la sistemática publicación en los medios de información tergiversados por motivos evidentemente extraperiodísticos y que van del yerro en las siglas del MEIF a la constante descalificación de logros y de la misma comunidad universitaria.

Por ejemplo, la Universidad ha publicado incesantemente los números que transparentan la inversión y gastos y, sobre todo, ha hecho públicos los grandes esfuerzos realizados para modernizar su administración y aplicar los recursos no sólo de manera honesta sino inteligente. Basten como ejemplos las importantes obras de remodelación que se han verificado en la Unidad de Humanidades (del orden de los ocho millones de pesos, recientemente) o en el Hospital Escuela de Ginecología y Obstetricia del campus Xalapa, todo ello a pesar de que el financiamiento estatal y federal no comprende recursos para la remodelación de las instalaciones universitarias.

Adicionalmente, la Universidad ha registrado la mayor inercia democratizadora en toda su historia. Bajo la política de “academización” de sus decisiones, la comunidad universitaria ha fortalecido como nunca antes sus cuerpos colegiados, que van de las facultades al Consejo Universitario General (CUG), con el único objetivo de que sea el criterio académico y no político o de otra índole el que se imponga en las decisiones universitarias.

En este sentido, destacan los pronunciamientos del propio Consejo sobre la reivindicación del derecho de los universitarios a tomar sus propias decisiones, al margen de las coyunturas extrauniversitarias.