Las enfermedades sociales se deben superar con amor y entendimiento: Arzobispo Hipólito

Durante su homilía dominical, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, habló sobre las enfermedades sociales que se presentan día a día, afirmando que como católicos deben superarlas con amor y entendimiento.

Mencionó el caso de los niños de la calle, la prostitución de todo tipo de personas, no sólo de mujeres, sino también de hombres e incluso de niños.

Por ello expresó que debe ponerse atención para erradicarlas e interceder a través de la pastoral social.

"Podemos pasar a lepras sociales como la drogadicción, cuando una persona es drogadicta, alcohólica, la gente lo margina y eso hace que insistan en su enfermedad porque se sienten incomprendidos, no entendidos ni por sus familiares".

Esto debido a que ayer la iglesia católica celebró la Jornada Mundial del Enfermo, cuando se recuerda la aparición de la Virgen en Lourdes Francia donde acuden miles de persona a tomar el agua para sanar sus males. Pese a la explicación científica, se ha llegado a la conclusión que lo que sana a la gente es su fe.

El Arzobispo explicó que hay enfermedades como la influenza o el Sida, que ocasionan la marginación de las personas, incluso propiciada por sus propios familiares, para evitar el contagio.

Sin embargo, destacó que como católicos, deben apoyar y cumplir la misión de brindar consuelo espiritual, atención así como cuidados.

"Le pedimos que nos dé un corazón noble, libre de toda enfermedad y dolencia, que nos haga ser comprensivos con las personas que ordinariamente son marginadas en la sociedad y a veces incluso en la iglesia".

Por otra parte, se refirió al 14 de febrero, fecha en que se lleva a cabo la celebración del amor y la amistad, como la fecha ideal para valorar no sólo a la pareja, sino también a los amigos que están siempre cuando más se necesita.

"La amistad y amor es algo que siempre se debe recordar siempre, no sólo el día 14; implican igualdad reciprocidad y desinterés no sólo el propio bien, tanto en el matrimonio como en el noviazgo y con los amigos"
También señaló la proximidad del Carnaval, una celebración anterior al cristianismo que recuerda la debilidad y vulnerabilidad hacia el pecado.

Explicó que pese a que muchas veces los católicos se dejan llevar por el placer material es necesario recordar que lo verdaderamente importante es la unidad y el amor a Dios. Por ello el miércoles de ceniza se lleva a cabo después del Carnaval, como una ocasión para arrepentirse y estar en paz con Dios.