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Universidad Anahuac

Sección: Estado de Veracruz

Libertas

Liberalismo y Neoliberalismo

José Manuel Velasco Toro 08/06/2023

alcalorpolitico.com

En el lenguaje de la clase política se han puesto en boga dos conceptos: liberalismo y neoliberalismo. Unos se dicen liberales y opuestos al neoliberalismo; otros callan. Quienes se autodenominan liberales consideran que los males del país son producto de la clase política neoliberal, a la que le atribuyen todo lo negativo que se les pueda ocurrir. De tal forma que ambos conceptos se han mediatizado como lo bueno y lo malo, lo adecuado y lo inadecuado. Sin embargo, se observa en el discurso político que existe superficialidad, desconocimiento y manipulación de lo que implican ambos conceptos, propiciando una incomprensión de la realidad tras los mismos. ¿Qué es el liberalismo? ¿Qué es el neoliberalismo? Tratemos, en un esfuerzo sintético, de explicarlos.

El liberalismo emergió como una filosofía particular de un grupo social: la burguesía mercantil e industrial. El concepto fundamentó el sentido de progreso capitalista que se impulsó a partir de la primera Revolución Industrial (siglo XVIII) y no se ha detenido hasta la época actual. Como ideología del capitalismo, integró un conjunto de valores que fueron erigidos cual fundamento para el logro del progreso material y social, esto es, libertad individual, propiedad privada, supremacía de la sociedad humana sobre la naturaleza, circulación del capital y de la tierra, movilidad social relacionada con la educación y acumulación de riqueza y utilitarismo individual como satisfacción práctica del individuo.

En la concepción de Estado, el liberalismo centró su proclama en la laicidad, el nacionalismo y los derechos individuales de los seres humanos que son: el libre comercio, la libre circulación y acumulación de capital, la protección de un Estado fuerte en función del orden social, la utilidad nacional y el equilibrio entre el poder e inviolabilidad de los derechos del individuo establecidos en el espíritu constitucionalista. En este sentido, los elementos articuladores de la ideología liberal refieren a: 1) El individualismo, raíz del trabajo por ser el individuo factor de producción al poseer capital, trabajo, tierra. 2) Derecho a la propiedad individual, base de la riqueza. 3) El libre cambio, motor de la economía productiva. 4) El orden jurídico fundado en el contrato social, constituyente de las garantías individuales y sociales. 5) El impulso de la ciencia y la tecnología, soporte del progreso material. 6) El carácter laico fundado en la razón y en la libertad de creencia. 7) El sistema de crédito como mecanismo de concentración de capital. 8) La educación como canal de ascenso social. 9) La expansión mundial del comercio y división internacional del trabajo que incluye el control de recursos naturales. 10) La libre determinación en la venta de la fuerza de trabajo que dio origen al proletariado (del alemán proletariat, clase trabajadora). 11) El sistema abierto a la competencia. 12) Libre pensamiento, piedra angular de la creatividad. 13) Libertad de expresión, condición sine cuan non del ejercicio democrático. En suma, señala Francisco López Cámara en su libro ¿Qué es el liberalismo?, un clásico publicado por la Universidad Veracruzana en 1962, que el liberalismo es “la ideología por antonomasia del capitalismo”. En sentido estricto, quienes hoy se autoproclaman liberales, están definiéndose como burgueses clásicos, así de simple.



Neoliberalismo, concepto compuesto por dos vocablos: del griego neos, nuevo y del latín liber, libre. En sentido literal, nuevo liberalismo. ¿Por qué nuevo? Porque representa una evolución ideológica del capitalismo financiero e industrial a nivel global, proceso que inició en la década de los 80 del siglo XX. Su característica central: desarrollo económico desde las leyes del mercado sin intervención del Estado. Es, por decirlo de manera un poco burda, el tránsito de la juventud a la adultez, de un mercado con intervención del Estado a un mercado ampliamente libre.

Los principios esenciales siguen siendo los mismos, libertad individual que hoy refiere a la habilidad de emprendimiento, propiedad privada que abarca desde bienes muebles e inmuebles; capital, fuerza de trabajo y capital cognitivo que ha dado origen al cognitariado, es decir, al trabajador del conocimiento; circulación de capital y libre concurrencia sin fronteras nacionales que se le ha llamado globalización o mundialización; regulación mediante contrato social que involucra lo constitucional de cada nación como a los tratados comerciales entre países, sea en contextos regionales como globales; libre determinación laboral que prioriza el conocimiento como valor; progreso industrial y social derivado del avance científico y tecnológico.

Entonces ¿qué es lo nuevo? Lo nuevo es la no intervención del Estado como regulador de la economía y su apertura nacional a la dinámica industrial, financiera y comercial; libre concurrencia del capital a nivel global; la reducción del gasto publico mediante adelgazamiento del aparato del Estado que tiende a la desaparición de órganos institucionales; privatización de las empresas estatales, ampliación de la base fiscal sin elevar impuestos y apertura al mayor flujo de capitales.

El neoliberalismo, cual ideología, no es sino el liberalismo en su nueva etapa del desarrollo capitalista mundial. Las condiciones de producción han cambiado desde mediados del siglo XVIII con la primera Revolución Industrial con respecto a la quinta Revolución Industrial del siglo XXI, revolución soportada en la información digital, el conocimiento científico, la innovación tecnológica y creatividad emprendedora que, a la par de la energía y la materia, constituyen factores de valor productivo. Ya lo dijo Carlos Marx en su célebre “Discurso sobre el Libre Cambio” (1848), en el que analiza su naturaleza, de él dice: “Es la libertad del capital. Cuando hayáis hecho desaparecer las pocas trabas nacionales que aún obstaculizan la marcha del capital, no habréis hecho más que concederle plena libertad de acción”, lo cual llegó con el capitalismo neoliberal.



Bajo esta etapa, el trabajo efectuó un cambio con respecto al capital, pues el conocimiento ahora es un factor crucial en la producción y generación de valor inserto en la movilidad del mercado mundial, es decir, mediante el libre intercambio de la oferta de capital, trabajo cognitivo y mercancía. Esta situación no solo ha provocado profundización de las desigualdades entre países con mayor desarrollo científico y tecnológico respecto a aquellos que notablemente no invierten en estos rubros, constituyéndose en dependientes tecnocientíficos, lo que ha creado una nueva situación colonial. Por otra parte, la pobreza multidimensional (material e intelectual) se ha acentuado lo que, paradójicamente, reduce el mercado interno y se crean tensiones que desestabiliza el tejido social.

De ahí que una estrategia neoliberal recomendada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), El Banco Mundial y otros organismos internacionales, sea crear una pensión universal que garantice un mínimo de subsistencia y asegure parte del mercado interno. Recomendación que cae, “como anillo al dedo”, a los gobiernos que se definen como “liberales de izquierda”, pues permite crear una base clientelar de fácil manipulación. Sin embargo, nos dice Pablo Gonzáles Casanova (1922-2023), mientras no se creen “condiciones materiales de vida para lograr el crecimiento que, apoyado por un Estado desarrollador, promotor, innovador y distribucionista”, no se logrará superar la pobreza multidimensional a la que arrastran las políticas neoliberales o el populismo liberal, pues, bien lo señalan Marx y Engels, en última instancia es la necesidad económica lo que invariablemente prevalece.