La temporada de lluvias de los últimos años ha cobrado la vida de al menos seis personas, incluyendo dos adolescentes y un niño; las acciones preventivas nunca son suficientes para evitar una desgracia cuando la madre naturaleza impacta con fuerza.
En la región de Orizaba, el coordinador regional de Protección Civil, Luis Palma Déctor, precisó que son cinco los ríos de respuesta rápida que atraviesan la geografía intermunicipal, que incluye dos grandes cuencas, la del río Blanco y la del Orizaba, alimentado por arroyos tributarios.
De 2011 a la fecha, el impacto de huracanes, ciclones y tormentas tropicales ocurridas en las faldas del volcán Pico de Orizaba y cuenca del río Blanco han dejado un saldo funesto para estas familias.
En La Perla, durante el primer año de gobierno del alcalde Miguel Ángel Bautista Martínez, (2011-2013) un adolescente fue arrastrado por el caudal de agua de lluvia y escurrimientos sobre la carretera La Perla-Mariano Escobedo.
En un intento por atravesar junto con su mamá y hermana, el joven fue arrastrado sobre la cuneta y terminó ahogado decenas de metros abajo sin que los familiares pudieran hacer algo para rescatarlo, la fuerza del agua fue tal que arrastró piedras, troncos y todo lo que estuvo a su paso.
La mayor de las tragedias se registró en 2012 tras los fenómenos naturales que impactaron tanto el litoral del Golfo de México como el Pacifico, recuerda Pablo Ramos Huerta, director de Protección Civil en el ayuntamiento de Río Blanco.
El 9 de agosto de 2012 el ingreso del huracán "Ernesto" devastó a municipios de la región de Orizaba. En Río Blanco una familia que viajaba a bordo de una camioneta a la altura del cauce del río La Carbonera, fue aplastada por un árbol que cayó durante el huracán, matando al papá, la mamá y un hermano del menor Arturo Gámez Pimentel.
La cuarta víctima de “Ernesto” y quinta de los últimos años ocurrió en Orizaba cuando un empleado del Ayuntamiento de esa ciudad intentó salvar el vehículo oficial de la crecida del río Orizaba y fue arrastrado por las turbulentas aguas, su cadáver nunca apareció.
Tres días después de esta tragedia, otro adolescente ubicado entre Huiloapan y Río Blanco caminaba sobre la ribera del río que lleva el mismo nombre y el reblandecimiento del terreno propició que cayera al afluente, su cuerpo fue recuperado tres días después.