Los Derechos Humanos y el valor de llevarlos a cabo

En mi coexistencia social, he confirmado que no hay individuo totalmente idéntico a otro, al parecer esta característica hace especial a nuestra especie.

Sin embargo, a pesar de ser únicos -como humanos que somos- tenemos errores; los que especialmente llaman mi atención son: la injusticia y la falta de respeto entre las personas, así como el ignorar que todo ser tiene derecho a defenderse ante tales circunstancias.

En gran medida, ello se debe a que la sociedad está desinformada sobre los Derechos Humanos, pese a los mensajes difundidos en las escuelas y medios de comunicación.

Baste con preguntarse ¿Cuántos hemos leído la Declaratoria Universal de los Derechos Humanos? ¿Cuántos sabemos realmente de qué trata? Desafortunadamente sólo una minoría domina el tema.

Es probable que la causa de esta deficiencia, -y no sólo de ésta, si no de muchas más- sea el poco conocimiento que tenemos sobre nuestra propia historia. Como seguramente hemos escuchado “Aquel que no conoce su historia está destinado a repetirla”; por ejemplo una vida injusta, donde el individuo no percibe la magnitud de su situación o a pesar de darse cuenta, no hace nada por detener lo inmoral; posiblemente no esté aprendiendo de su experiencia y por ende la injusticia tomará un rumbo cíclico; recordemos que es un ejemplo a nivel individuo ¿Acaso lo podríamos colocar a nivel global?

Pero volviendo a lo individual; para tomar conciencia de los Derechos Humanos, debemos conocerlos y además tener cuidado en la objetividad de las fuentes informativas, ya que incluso, nuestros libros de texto gratuito pueden tener tintes partidistas.

Sin embargo lo anterior serviría de poco si no tenemos ganas de aprender, de crearnos una perspectiva correcta que nos conduzca al aborrecimiento de la impunidad y en consecuencia a tener el valor para luchar por la justicia, estas prácticas ayudarían a que muchas personas escucharan la voz de su conciencia.

Claro que no es una labor fácil y sostenerla implicará mayor dificultad, por ello desde edades tempranas nos debemos instruir sobre la importancia de los Derechos Humanos forjando generaciones de individuos íntegros capaces de complementarse moralmente entre sí. ¡Ya no debemos perder más tiempo para iniciar este afán!

Estoy segura que la información contenida en la Declaratoria de los Derechos Humanos, será la mejor armadura frente al ataque de los antivalores y es una obligación compartir tal protección para garantizar la justicia social.

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