Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Ya es decreto…

Los políticos, principales enemigos de la libertad de expresión; Roberto Rock, de El Universal

Integrante de la Asociación Interamericana de Periodistas, recibió denuncia por la desaparición del periodista veracruzano Evaristo Ortega

Jessica L?pez Tapia Xalapa, Ver. 29/05/2010

alcalorpolitico.com


Click para ver fotos
Los políticos siguen siendo los principales enemigos de la libertad de expresión, señaló el periodista de El Universal e integrante de la Asociación Interamericana de Periodistas, Roberto Rock, esto en referencia a la desaparición del periodista veracruzanos Evaristo Ortega.

Dijo que la desaparición de Evaristo Ortega es sólo un ejemplo de lo que sucede en el país, donde desaparecen periodistas y después se les quiere imputar cargos para justificar el crimen.

“Los políticos utilizan al crimen organizado para agraviar a periodistas, detrás de cada asesinato de un periodista hay mandos políticos”.

Aseguró que los gobiernos utilizan a lo matones, jefes policíacos o militares para desaparecer lo que les parece “incómodo”.

Roberto Rock dio a conocer que han comprobado que aunque el gobierno desacredite a los periodistas desaparecidos o fallecidos, en la mayoría de los casos no son ciertas las acusaciones.

“El último caso que tuvimos es el de un periodista de Querétaro que desapareció y lo vinculaban con la venta de drogas, y no era así, pero, aunque fuera de ese modo nadie tendría derecho de matar a nadie, no hay justificación”.

Le sugirió al gremio periodístico unirse para contrarrestar la opresión de los gobiernos.

“Una de las cosas esenciales es ponernos de acuerdo, porque los políticos aplican la estrategia de dividirlos y de este modo disminuyen la fuerza que deben tener”.

Cada muerte de periodistas se atribuyen al narcotráfico, o traficantes de braseros, secuestradores o productores de artículos piratas, pero lo que sucede es que en el mismo momento que es asesinado un periodista, la autoridad genera una historia para desacreditarlo, es cierto que hay periodistas criminales, pero en la mayoría de los casos su inocencia es visible.