Una de cada tres personas en México padece trastornos del sueño, desde insomnios, ronquidos, hipersomnia y apenas del sueño hasta el hablar dormidos, problemas que pueden generar desde divorcios y problemas familiares hasta accidentes automovilísticos, “es un problema de salud pública que debe ser tratado como tal”.
Así lo señaló Reyes Haro Valencia, director de la Clínica de Trastornos del sueño de UNAM y presidente de la Sociedad Mexicana del Sueño, “Curarse completamente sí es posible, siempre y cuando se realicen diagnósticos y tratamientos profesionales”, dijo en el curso que imparte en la Universidad Veracruzana.
No obstante, reconoció que en México sólo existen 10 clínicas autorizadas para dar tratamiento –en Culiacán, Guadalajara, Monterrey, Ciudad de México y Puebla– que cuentan con equipos de especialistas que tienen la experiencia, los conocimientos y el equipo necesario para tratarlos.
El resto de la gente, dijo, se trata (cuando lo hace) a partir de medicamentos para dormir, productos o dispositivos para evitar los problemas como el ronquido, o en sitios no especializados que ofrecen soluciones que no funcionan frente a problemas de causas complejas
PROBLEMA CON MEDICAMENTOS
Haro Valencia explicó que se cree que el insomnio es un padecimiento único que se debe manejar con medicamentos pero no es así, pues existen 20 causas asociadas al problema, entre ellos los problemas físicos del paciente y el estrés provocado por el trabajo, la escuela, la economía o una pérdida familiar.
De hecho, mencionó que el 40 por ciento de los insomnios se deben a problemas económicos y laborales: “La pérdida del trabajo, el que no se alcancen los recursos necesarios para vivir, las deudas, las necesidades, todo eso nos quita el sueño y ahora más con la crisis”.
Aseguró que no todos los insomnios son iguales, pues el que generan las presiones de la vida diaria es el más frecuente y fácil de manejar, porque requiere medicamentos no adictivos por poco tiempo y a dosis bajas, además de nuevos hábitos para dormir bien “en dos meses un paciente ya está recuperado”.
En cambio, mencionó que cuando la gente ya toma pastillas para dormir (hipnóticos) se vuelve dependiente y tiene destrozadas las etapas de sueño profundo, por eso no descansan y requieren un manejo completamente diferente: “Entonces tenemos que desintoxicarlos poco a poco, porque si se les quita abruptamente el fármaco les da síndrome de abstinencia y se ponen mal”.
Los fármacos, dijo, también están contraindicados para pacientes que sufren de ronquidos o apnea del sueño, pues además del problema de dependencia generan intensifica el ronquido y provoca más riesgos, incluso de muerte: “La medicación es un problema que enfrentamos en los últimos años porque no hay un entrenamiento formal en las especialidades médicas en torno a las alteraciones del dormir”.
CONSECUENCIAS GRAVES
En su opinión, en México se han menospreciado los problemas del sueño porque la medicina e investigación en el área es reciente y porque aparentemente los trastornos del sueño no tienen muchas consecuencias, cuando menos al principio del padecimiento.
“Al principio el trastorno no causa más que fatiga, no duele y a veces no acudimos a consulta aunque duela, no somos una sociedad culturalmente preparada para atender problemas de salud, por eso los trastornos se dejan pasar, pero el sueño es una necesidad fisiológica tan importante como la alimentación y la respiración”.
Y advirtió: “Hay quien cree que si roncas estás descansando, y no es así, si roncas tienen un trastorno respiratorio que te puede llevar a problema cardiaco, cerebrovascular, a quedarte dormido al conducir a problemas con la pareja e incluso al divorcio, aun cuando es un problema físico y anatómico que nada tiene que ver con cuestiones emocionales”.
Explicó que durante el sueño se produce la hormona del crecimiento, de ahí que los niños requieran más horas durmiendo: “Cuando llegamos al mundo dormimos alrededor de 18 horas, en preescolar entre 10 y 12 horas, y así va disminuyendo la necesidad, pero siete horas es el mínimo recomendable para un adulto joven en edad reproductiva”.
Si se duerme menos, advirtió, aunque no se sienta el organismo lo va a reclamar tarde o temprano, con dolor de cabeza, migrañas, dolor de cuello, de espalda, irritabilidad, problemas de tensión, de memoria, entre muchos otros.
CLÍNICAS
En el curso los especialistas coincidieron en que las clínicas autorizadas para tratar trastornos del sueño con aquellas que cuentan con el aval de la Sociedad mexicana del Sueño, y cuentan con equipos multidisciplinarios, en donde resuelven el problema desde el neonato hasta el insomnio en adulto mayor, el rechinar los dientes, hablar dormidos, orinarse dormidos, y más.
Además, debe contar con consultorios adecuados y camas para estudios del sueño, con equipos digitales y personal capacitado: nenonatólogos para atender el riesgo de muerte súbita, pediatras para el manejo de insomnio infantil, neuropediatras para el manejo neurológico durante el sueño como la epilepsia nocturna, otorrinopediatras para el ronquido y otorrino de adultos, neumólogos para problemas respiratorios, psiquiatras para problemas de ansiedad y depresión, psicólogos para manejo de higiene del sueño y geriatras.