La columna aparecida en el vocero de la provincia de la capital del estado y signada por la reportera Lourdes López de este lunes, referente a los probables movimientos habidos y por haber en el Tribunal Superior de Justicia, no hacen más que confirmar cuestiones anunciadas desde tiempo atrás.
Pero pocos lo manejan, imperando en ello, diversos motivos de allí, que deba ser digna de encomio y reconocimiento, la labor periodística de López.
Ya en las últimas semanas, sobre todo en la fase previa final rumbo a la sucesión del presidente del Tribunal, así como del Consejo de la Judicatura, los ataques o comentarios en contra de la institución al igual que en lo referente a la Procuraduría, se intensificaron y la cabeza más visible de todo, era el Secretario de Gobierno.
Se decía, se sigue diciendo, que la finalidad era aperturar los espacios para gente allegada a dicho personaje, destacándose la figura de Martita Montoya.
Hoy, dicha funcionaria vuelve a ser mencionada como una las posibles sucesoras de quien desde hace ya bastante tiempo, fuera mandado al ostracismo por el Consejo de la Judicatura, desde cuando el mando, al menos en el papel, le correspondía a René Poblete, nos referimos a Mario Gutiérrez Calderón, imperando dos motivos en dicha decisión disfrazada ahora como jubilación.
El primero, la acusada enfermedad de Mario, que sí tuvo carrera judicial, por cierto y; el otro, su edad.
Ya lo dijo el gobernador Fidel Herrera Beltrán, en forma caballerosa, al acudir al informe de Poblete, el de su despedida, podrían hacer uso de la jubilación quienes así lo desearan, jueces o magistrados, habida cuenta de que ahora si hay dinero que ofertarles y al inicio de su mandato, cuando la rebelión derivada del hecho de que Fidel, se conoció, quería renovar la plantilla judicial, no existía.
Hoy, parece que Reynaldo logrará colocar a la primera de sus elegidas en la magistratura. La carrera judicial que importa, eso no cuenta cuando el imperio del dedazo sigue siendo la distinción y aunque ya le armaban a Martita una currícula judicial, finalmente, se recuerda, no le es muy favorable el historial.
Al rato, quien mas, los jueces, los defensores de oficio, que también son elegibles para esos ascensos, deberán concretarse a aplaudir las decisiones externas que les imponga un magistrado.
Madruga, que aparentemente quiere sorprender con sus visitas a juzgados, que alguien se encarga de frustrar, al anunciar tanto a jueces y personal de las instalaciones la presencia posible del titular del poder judicial, llegado como contraparte del grupo del veteranísimo Julio Patiño, quien finalmente no pudo colocar a Pepe Álvarez, debe de atender cuestiones primarias, como los infrahumanos sueldos que tienen los empleados y demás funcionarios del tribunal, pues al igual que a sus antecesores, para él, parecen solo existir los magistrados y los jueces, lo demás no cuenta.
Los negocios de escritorio, copiadoras, etcétera, solapados y propiciados desde el centro cupular del Poder Judicial o los titulares de los juzgados en los diversos distritos del estado, también deben ser atacados, pues finalmente, son una muestra más que evidente de corrupción.
Ya para que les mencionamos todo lo referente a la exclusividad del manejo de los asuntos por encargo de jueces y magistrados hacia ciertos despachos, única vía para asegurar que al interesado le avance su caso y por qué no decirlo, para que le sea resuelto a favor.
Esto es algo no privativo del poder judicial, es una costumbre tan grave y jugosa, como las franquicias, de alguna manera hay que llamarlas, de las funerarias con los secretarios y agentes del ministerio público.
Imagínese, son tan productivas estas negociaciones, que algunos familiares del que fuera procurador Rodolfo Duarte Rivas, abandonaron la carrera para convertirse en empresarios de pompas fúnebres en esta capital. Bueno, no todos sus familiares, que quede claro, otros siguen encaminando desde oficinas del Ministerio Público a los difuntos a su última morada a través de las empresas consentidas.
Deberá, Madruga, acabar también con los rumores, vamos a dejarlos en eso, de que muchas de las resoluciones que terminan firmando algunos magistrados, son elaboradas en despachos de litigantes. Claro, para salvar y negar todo esto, existen muchos subterfugios, hay un ejemplo claro aquí, el internet.
El Poder Judicial es una tela donde hay mucho que cortar, pero…