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Sección: Estado de Veracruz

Mandato de la UV me obliga a velar por el respeto a derechos humanos y la no discriminación: Rectora

- Y por la igualdad entre hombres y mujeres y la no violencia en espacios institucionales: Sara LdeG

- Advirtió que es curioso cómo en el discurso hay ese respeto a las diversidades, pero en la práctica ya no

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 22/05/2014

alcalorpolitico.com

Esta sociedad debe mantenerse plena de respeto a nuestras individualidades, a nuestras diferencias, a nuestra diversidad, a esa histórica y nutrida diversidad que nos distingue como nación y que se manifiesta en prácticamente todos los terrenos de nuestra vida social, pidió la rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara.

En su discurso, luego de entregar un reconocimiento por parte de la Casa de Estudios a la madre de la psicóloga y activista asesinada, Agnes Torres Hernández, Binicia Hernández; la académica destacó que la lucha de Agnes trascendió su propia individualidad y se convirtió además y sobre todo, en una lucha social.

Dijo que el reconocimiento que la Universidad le hace es a su profesionalismo, a que supo llevar a la práctica los conocimientos adquiridos, a un ser humano que supo llevar con dignidad y orgullo y hasta las últimas consecuencias su acción de vida. Además, el reconocimiento es un mandato institucional a favor de la diversidad y género, mismo mandato que la llevó como rectora a crear la Unidad de Género, mismo mandato que la obliga a velar por el respeto de los derechos humanos, la no discriminación, igualdad entre hombres y mujeres y la no violencia al interior de todos los espacios institucionales.

Es el mismo mandato que le llevó este Día nacional de la lucha contra la homofobia, a expresar el reconocimiento, el respeto y el agradecimiento a Agnes Torres Hernández.

“Agnes creía firmemente en la democracia, en las instituciones y en las leyes, pero creía además que nuestra democracia, nuestras instituciones, nuestras leyes son susceptibles de cambio, de superación, mejoramiento hasta hacer de éstas el marco social idóneo que nos permita dejar atrás la discriminación, la violencia, la existencia en los hechos de personas de tercera categoría, sentando así las bases de una sociedad en la que el respeto de los derechos humanos de todos por igual, sin importar su origen étnico, racial, lengua, orientación política, práctica religiosa y su preferencia sexual, sea una realidad patente en nuestra vida cotidiana”, aseveró.

Fue más allá y resaltó que Agnes creía en la sociedad, en sus propios mecanismos de defensa y salvaguarda, en su propia capacidad para imponer, en los hechos, otra forma de vida, de relaciones humanas, de convivencia social.

Para Agnes el cambio por el que tanto luchó, estaba y debía venir antes que nada, del seno mismo de la sociedad, una ley decía, no sirve para nada si la gente no puede cambiar su concepción de vida.

“Un joven afirmaba, puede usar la democracia usando el lenguaje, con eso se puede hacer mucho más que haciendo leyes… aquí están dos elementos claves para un cambio realmente profundo y trascendente de nuestra sociedad: nuestra concepción de vida y nuestro lenguaje. Ojalá que en aras de esa sociedad esencialmente democrática y humana a la que todos aspiramos aprendiéramos esta lección que Agnes nos dejó y cambiáramos nuestra concepción de vida y lenguaje, ahí estaría sin lugar a dudas un firme y seguro punto de partida para ese necesario y deseado cambio”, aseveró.

La Rectora resaltó que en vida la activista tuvo dos luchas en vida, una lucha individual y una colectiva.

Por medio de la primera defendió el derecho que todos deberíamos defender, el derecho inalienable a decidir sobre nuestro cuerpo, a habitarlo libremente, a llevar con dignidad y orgullo las decisiones que en el terreno de nuestra propia construcción subjetiva de identidad tenemos.

Por medio de la segunda, le dio un carácter social a su lucha individual, fue al encuentro de los otros, de los otros que no son si yo no existo, los otros que me dan plena existencia, refirió a Octavio Paz la académica.

Agnes Torres destacaba tres tipos de discriminación en México: contra los indígenas, contra las mujeres y la diversidad sexual.

“Esta sociedad debe mantenerse plena de respeto a nuestras individualidades, a nuestras diferencias, a nuestra diversidad, a esa histórica y diversidad que nos distingue como nación y que se manifiesta en prácticamente en todos los terrenos de nuestra vida social”, expresó.

Antes, durante la conferencia de prensa, Sara Ladrón de Guevara expresó: “Hablamos siempre del respeto a la diversidad y cuando se trata de individuos y casos, entonces ya no, o sea es curioso cómo en el discurso está el respeto a todas las diversidades, a las diversidades étnicas, religiosas, políticas, de género y en la práctica ya no”.

De suerte que las instituciones de educación superior deben velar por el respeto a esas diversidades, definió.

Sostuvo que esos individuos que son diversos tienen los mismos derechos que todos los demás, ese es el espíritu de la universidad.

La Universidad Veracruzana cuenta con un Centro de Estudios de Género en donde se dedican a la reflexión, discusión y generación de conocimiento de estas realidades en las que vivimos, de este mundo diverso, pero reconoció, hacía falta una coordinación que estableciera medidas transversales de respeto a los derechos de dichas diversidades sexuales.

Agregó que en la Universidad hay opiniones diversas, en ese sentido es que ayer miércoles, respondió, de manera personal, que está a favor de la Ley de Convivencia.

“La pregunta fue en sentido personal y el periodista fue muy claro y dijo: Sara Ladrón de Guevara qué opina… porque como Rectora respeto también la diversidad de pensamiento que esto se está llevando a cuestiones legislativas y que cuando llegue a ser ley, que establezca lo que el Congreso decida, seguiremos en el cumplimiento de las leyes, pero también hay las opiniones personales y el periodista fue enfático en decir Sara Ladrón de Guevara qué opina al respecto”, aseveró.

Como antropóloga refirió que cuando se habla de identidades étnicas, háblese de indígenas, preguntó cómo definir a un indígena, como un asunto racial y dijo que no, pero tampoco no necesariamente un asunto de lengua.

“Qué define a un indígena: cómo él se identifica a sí mismo. El indígena qué dice, yo soy Totonaco, yo soy Náhuatl, Taraumara, esa identidad define a un indígena. En el caso del género cada uno nos definimos frente a nuestros congéneres y nuestra definición debe ser respetada por los demás”, definió.