Más de 10 meses sin nevada en el Pico de Orizaba; preocupación latente por estiaje

Genera preocupación entre biólogos y conservadores el hecho de que se cumplan más de diez meses sin que se registre una nevada en la cima del volcán Pico de Orizaba es una advertencia de estiaje para quienes se sirven de los escurrimientos provenientes del coloso.

Se estima que son más de 90 los municipios que toman agua de dichos escurrimientos. La temporada de lluvias inicia en mayo, señala Gabriela López, tour operadora en la región de las faldas del volcán Pico de Orizaba, quien asegura que hasta el turismo de montaña que viene a tocar la nieve se ha reducido.

Ricardo Rodríguez Deméneghi, coordinador del programa Salvemos el Pico de Orizaba, ha venido denunciando la reducción del cauce del río Jamapa, el cual es un escurrimiento natural proveniente del último glaciar sobreviviente conocido con el mismo nombre.



El conservador ha expuesto en innumerables talleres y conferencias la principal problemática de quedarse sin árboles, de no impactar con campañas de reforestación y de padecer el fenómeno del cambio climático que en un lapso de diez años dejará sentir sus peores consecuencias.

La principal causante de la escasez de nevadas y desaparición de glaciares se cuentan por si solas, señala Graciano Illescas Téllez, presidente del Consejo Intermunicipal de Ambientalistas, CIMA. La Perla, municipio que comparte las faldas del volcán Pico de Orizaba es el número uno en tala clandestina.

Le siguen Nogales, Maltrata y Mariano Escobedo que comparten territorio con el volcán y también son devastados por los talamontes, quienes son la misma gente de dichos municipios, toda vez que la falta de apoyos para el agro y programas de gobierno, orillan a las familias a emplearse en el corte de árboles.



Gabriela López dijo que la última gran nevada que alcanzó los tres mil 900 metros de la montaña se registró hace siete años, a la fecha las nevadas han venido a menos, duran las nieves de uno a tres días y desaparecen. La preocupación principal debería cimentarse en las grandes empresas consumidoras del recurso, sin embargo no es así.

Todos coinciden en que son los gobiernos los principales entes a través de sus dependencias quienes deben aplicar acciones de erradicación de la tala clandestina, conservación de bosques y campañas de reforestación permanente, pero también sanciones para quienes infrinjan la ley.