Más de 900 menores deportados de EU en 2 meses; muchos sin informar a familias

El gobierno estadounidense deportó, en dos meses, a más de 900 menores migrantes poco después de que ingresaron a la frontera y 60 fueron enviados a sus hogares de origen tras ser ubicados en el interior de Estados Unidos, informó el diario The New York Times,según el cual, en muchos casos las deportaciones se realizaron sin informar a las familias, que han pasado días de angustia sin saber de los niños.

El Times indica que, entre marzo y abril, fueron deportados 915 menores, de forma exprés, usando como argumento el temor a la expansión del coronavirus, o desde los refugios temporales donde se encontraban. En el mismo periodo, al menos 166 menores pudieron quedarse en Estados Unidos. Sin embargo, la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) se niega a explicar cómo está el gobierno tomando las decisiones respecto a los niños migrantes.



El rotativo detalla que en muchos casos, los menores son deportados sin que las familias se enteren. Es el caso de Gerson, un niño hondureño de 10 años. Su madre, Sandra Rodríguez, lo despidió en la frontera con Texas, del lado de México. El niño cruzaría, esperaría a que la Patrulla Fronteriza lo detuviera y lo llevara a un refugio donde un tío que vive en Houston lo recogería y pondría bajo su custodia. Pero el niño fue deportado de forma exprés a Honduras. Sandra pasó seis días sin tener noticias de su hijo, hasta que un primo en Honduras le llamó para decirle que Gerson estaba con él.

El martes, la administración estadounidense anunció su decisión de prolongar indefinidamente esta política de deportaciones exprés, señalando que el proceso continuará en tanto el COVID-19 siga siendo una amenaza para los estadounidenses. Ello le permite deportar a los migrantes sin consultar a trabajadores sociales, sin darles opción de pedir asilo ni seguir las normas habituales en estos casos.

En el caso de

los menores, anteriormente al cruzar la frontera y pisar suelo estadounidense sin estar acompañados de un adulto se les trasladaba a refugios, donde familiares podían después recogerlos y custodiarlos mientras se resolvían sus solicitudes para permanecer en Estados Unidos.