Matrimonios igualitarios recurrirían a prácticas que perjudican para tener hijos: Sacerdote

El vocero de la Diócesis de Orizaba, sacerdote Helkyn Enríquez Báez, consideró que la unión legal entre personas del mismo sexo podría traer consigo la petición del derecho a la paternidad o maternidad, la cual se intentará resolver a través de la adopción u otras realidades, estas últimas que impactarían la dignidad humana.

En este sentido, dijo que es probable que estas personas hagan uso de técnicas como la fecundación artificial, donadores de gametos, utilización de vientres subrogados, alquiler de úteros; las cuales en un sinnúmero de casos se convertirán en una forma de obtención de dinero por parte de quien ofrezca estas alternativas.

El entrevistado apuntó que este tipo de métodos, muchos no son legales, pero si se busca la forma de permitirlas se vendrán otros problemas, “también estaríamos frente a la fecundación de embriones”.

El problema aquí radicaría en qué sucederá con los que fueron fecundados pero no implantados “así como se tendrán que enfrentar conflictos legales por la posesión de éstos. Se generarán una serie de circunstancias que no se han previsto”.

Detalló que otras “opciones” para las parejas de personas del mismo sexo quienes busquen tener un hijo serán: la promoción de fecundación in vitro, gestación subrogadas e investigaciones en embriones; todas atentan contra la dignidad.

El Presbítero precisó que la comunidad homosexual merece todo respeto, incluso es válida la expresión sobre su necesidad del reconocimiento jurídico, pero hay conceptos que se deben tener en cuenta para analizar la postura de este sector en referencia a su unión y sobre la forma en cómo quieren ellos tener vástagos.

“Ya lo he dicho en otros foros, la dignidad es igual para todos, pero los derechos no son igual para todos, sería un sofisma jurídico decir que todos tenemos los mismos derechos, porque los de un niño son diferentes a un adulto, por ejemplo”.

Apuntó que a todos les debe reconocer el mismo respeto, sin embargo acentuó que no se puede equiparar a la figura jurídica del matrimonio, que tiene un sustento histórico en el derecho antiguo incluso a nivel cultural, este tipo de uniones.