México-Brasil por la medalla de oro en futbol, en Londres, el próximo sábado

México lo consiguió. El Tri Olímpico le dio una cachetada a la historia y sacó adelante un barco que empezaba a hundirse en Wembley, venció a sus fantasmas y en un gran partido remontó y le ganó a Japón por 3-1. Ahora en la final buscará quedarse con el oro y vencer a Brasil.

El antecedente

Era el 24 de octubre de 1968. Con un Azteca hambriento. México jugaba contra Japón por la medalla de bronce, después de perder la semifinal ante Bulgaria por 2-3.

Medalla es medalla; aunque sea de bronce, pero algo flotaba en el ambiente... era desánimo, abatimiento, depresión y es que del golpe contra Bulgaria, México nunca pudo recuperarse.

“El equipo venía mentalmente derrotado”, afirma Héctor Pulido, quien formó parte de ese equipo olímpico que fue comandado por don Ignacio Trelles.

“El haber perdido el juego anterior, no ir por el oro, nos dolió demasiado. Nos relajamos, no sé si todos, pero sí la gran mayoría, no le dimos la real importancia al tercer lugar y nos fuimos con las manos vacías”.

El marcador final fue de 2-0

“Pero perder contra Japón ¡Japón, por favor! Sí, acepto que tenía buen equipito, pero dependía en exclusiva de ese delantero, el tal Kamamoto, mira que me acuerdo de su nombre. Era un grandote que corría y jugaba bien, no era para... Bueno, nosotros perdimos desde antes de entrar”.

—¿Don Nacho no les dijo nada para levantarse?

“Mira —reflexiona quien fuera símbolo de Cruz Azul durante la década de los 70—. Nachito es buena gente, gran entrenador, pero a veces, le faltaba más comunicación con el jugador, sobretodo en lo particular, en lo emotivo. Quizá lo vi también parcón. Los análisis nos los dejaba a nosotros, nos decía así se mueven ellos, o así nos debemos de mover nosotros. Ya conocen al rival, hagan lo que saben y háganlo bien”.

Hoy la historia fue otra

El partido no comenzó de la mejor manera, México ya perdía uno a cero con golazo de Yuki Otsu, un zapatazo que parecía nublar el cielo y las esperanzas aztecas.

El equipo de Luis Fernando Tena aguantó el bajón, se recompuso sobre la marcha y se reinventó para sacar el empate por conducto de Marco Fabián quien rompió su sequía en el torneo olímpico.

Así terminaría la primera mitad. Luego El Tri fue por todo, comenzó la segunda mitad controlando el esférico y las acciones de peligro y el esfuerzo valió la pena.

Oribe Peralta fue el encargado de exterminar los fantasmas con zapatazo que jamás alcanzó el portero nipón Shuichi Gonda. México ganaba 2-1 pero faltaba matar...

Para eso llegaría Javier Cortés, quien prácticamente al final del partido mató en una gran jugada a los hijos del sol naciente.

México avanzó y hoy está en la final donde tratará de coronar con oro el brillante torneo veraniego.