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Universidad Anahuac

Sección: Estado de Veracruz

México frente a la pandemia

Eduardo de la Torre Jaramillo 11/12/2020

alcalorpolitico.com

“La crisis sanitaria, portadora de muerte individual, es el indicio de una crisis civilizatoria: la muerte del paradigma progresista”
Michael Maffesoli


Reflexionar sobre los efectos de la pandemia en el país es una tarea colectiva; en primer lugar, se tiene que analizar el manejo gubernamental de este fenómeno sanitario global; en segunda instancia, los efectos devastadores que están teniendo los mexicanos sobre las más de 100 mil muertes oficiales y los daños colaterales en el empleo, la economía, o el encierro o confinamiento que nos lleva a pensar sobre las libertades, la democracia y, particularmente en un mundo pospandemia.



Este momento que vive la sociedad mexicana me hizo recordar mis años de estudiante en la Facultad de Sociología, cuando en ese entonces el joven profesor Alfredo Zavaleta nos enseñaba el concepto de “microfísica del poder” de Michael Foucault, en donde el sujeto al ser encerrado en la cárcel, los hospitales, las fábricas, la escuela, etcétara, cuyo objetivo era el control y disciplinamiento de los cuerpos, tenía como finalidad crear “cuerpos dóciles”. Hoy con la pandemia irrumpieron otros conceptos de Foucault, como son la “biopolítica” y el “biopoder” que se afianzan con el Big Data o con los celulares inteligentes, que pueden reinventar una nueva peste o lepra a través de una tecnología de la vigilancia por lo que las personas enfrenten un mayor control sobre su cuerpo y su alma. De allí se entiende este confinamiento por el miedo que produce y con el cual se convirtió en la nueva forma de socialización mundial.

Más allá de una mirada sociológica del momento que estamos viviendo, al final los hechos son los que nos posibilitan formar una opinión sobre la pandemia. En el caso mexicano, paulatinamente desde la Subsecretaría de Salud federal se está construyendo una forma de decidir sobre la vida y la muerte, una especie de “necropolítica” que ha desarrollado el personaje de esta tragicomedia que es el doctor Hugo López-Gatell, quien por cierto fue corrido del gobierno por Felipe Calderón Hinojosa porque demostró una enorme ineptitud para enfrentar la pandemia de gripe H1N1 en el año 2009 y, ahora al parecer se convirtió en la versión mexicana de Josef Mengele, quien tiene su Auschwitz en todo el territorio nacional, un criminal en potencia que ha desarrollado sus experimentos médicos para “aplanar la cuerva” del Coronavirus y que no han tenido éxito alguno. Lo peor es que continúa haciendo daño a la sociedad mexicana.

Los efectos de la pandemia en México son inmediatos en este 2020: a) 10 millones de mexicanos se fueron de manera directa a la pobreza (lo que a los gobiernos “neoliberales” les costó 20 años para alcanzar esa misma cifra de pobres); b) un millón de empresas cerraron por el Coronavirus, que daban empleo a casi 4 millones de mexicanos; c) la contracción de la economía bordeando el 10 por ciento del PIB; d) la estructural y persistente desigualdad social; e) el aniquilamiento del Sector Salud, si bien ya los “neoliberales” lo habían desmantelado, este nuevo gobierno eliminó los pocos programas federales exitoso, como lo fue el Seguro Popular pero no tuvo una propuesta para la reconstrucción del sistema de salud.



Finalmente, la pandemia cambió al mundo. El reto es que la sociedad mexicana tenga la capacidad para enfrentar a quien le cambió el rostro social, su entorno, porque definitivamente el mundo será diferente debido a que las pandemias llegaron para quedarse, de allí la cita del sociólogo Maffesoli, quien apunta el fin de una etapa racional y, eso quizá sea el mejor mensaje para que las personas se atrevan a pensar y actuar más allá de su “individualismo posesivo” que dicta el zar de la pandemia, que salga de su minoría de edad, que tenga una capacidad de actuar y atreverse a reconstruir su vida en este nebuloso y cada vez más desdibujado México.