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Sección: V?a Correo Electr?nico

Mujeres de ideas largas y corazón sensible

Manuel Martínez Morales

10/05/2012

alcalorpolitico.com

Hace algún tiempo una amiga nuestra, artista plástica y poeta, invitó a un grupo de conocidos a comer a su casa. Ya en su casa, en tanto ella terminaba la preparación de la comida, algo en el reducido hueco bajo la escalera que conducía a la planta alta llamó mi atención. Me acerqué y me di cuenta que se trataba de una pintura, un óleo a medio hacer. También observé una mesita con utensilios para pintar. Un poco intrigado, refiriéndome a la pintura, pregunté: “¿Qué es esto?”; a lo que Lorena me respondió: “Es mi taller”. Entonces imaginé, un poco conmovido, las condiciones en que esta artista realizaba su obra: corriendo de la cocina al “taller” para dar algunas pinceladas al cuadro en elaboración, para después subir de prisa la escalera para atender a su pequeño hijo y bajar de nuevo a darle a la pintura.

Al mismo tiempo mi mente fue inundada por un torrente de imágenes y recuerdos, pues caí en la cuenta que mi propia compañera trabajaba en las mismas condiciones: su taller era el mismo cuarto donde se planchaba y donde se apilaban los tiliches y ella corría de la lavadora, o la cocina, al “taller” para ir haciendo, a ratitos, sus grabados.

Tanto los trabajos de Lorena, como los de Mirna, son de primera calidad; aquel cuadro que vi en hechura en casa de Lorena (un cuadro abstracto representando un grupo de sirenas con un niño), desde hace tiempo cuelga en la sala de nuestra casa. Ambas artistas han mostrado su obra en numerosas exposiciones. En fin, mujeres creadoras, de corazón sensible que se desborda en la atención de sus respectivas familias.

Recordé también a muchas otras mujeres que atienden su hogar y simultáneamente realizan su trabajo, del tipo que sea. Entonces rememoré una pregunta que me hacía con frecuencia en el transcurso de mi propia formación como científico: ¿Por qué hay tan pocas mujeres –formándose o ejerciendo– en el campo de las ciencias exactas?.

Si en la población en general, las mujeres son un poco más del 50 por ciento ¿por qué en el campo de las ciencias exactas, en las últimas décadas, su presencia se sitúa entre el 10 y el 20 por ciento?.

Empero, las mujeres en el campo de las ciencias exactas se desempeñan igual –algunas, mejor– que sus colegas del género opuesto. Tengo la suerte no sólo de haber sido alumno, maestro o colega de científicas exitosas, sino de ser amigo de algunas de ellas, lo que me ha dado la oportunidad de apreciar mejor, como en el caso de Lorena y Mirna, lo que significa su aporte en el terreno de la ciencia.

Por eso me produce una especial satisfacción que la Universidad Veracruzana –tal vez para contrarrestar los efectos de la tristemente célebre frase de que "Las mujeres son seres de cabellos largos e ideas cortas"– haya establecido el programa denominado “Mujeres de ideas largas”, con el propósito de reconocer a mujeres, académicas universitarias, que se distinguen en el ámbito de su quehacer.

Y me ha dado mucho gusto que una de las académicas así reconocidas sea la Maestra en Ciencias de la Computación, Angélica García Vega, colega y amiga mía desde mi llegada a la Universidad Veracruzana. Angélica estudió la licenciatura en Física y continuó su formación obteniendo el grado de Maestría en la UNAM, realizando posteriormente estudios doctorales en Francia. Fue la directora-coordinadora fundadora de la Maestría en Inteligencia Artificial de la UV, donde hasta la fecha se desempeña como investigadora y docente.

La especialidad de la maestra García Vega es la robótica. Ha sido un gran privilegio conocer de cerca el trabajo de esta colega: la robótica, como campo de investigación y desarrollo tecnológico, es un terreno difícil de andar que va más allá de armar robotitos con “kits” de los que se venden comercialmente. Una de sus mayores aportaciones, a mi juicio, ha sido la organización de talleres de robótica para niños en escuelas primarias de colonias marginadas, con gran éxito.

Cuando conocí a Angélica, en el Instituto de Ciencias Básicas de la UV, ella estaba a cargo del Laboratorio de Computación y Electrónica. La veía salir corriendo del Instituto, al mediodía, para ir por sus hijos a la escuela. Después de lo cual regresaba a seguir con su trabajo en el Laboratorio. Igualito que Lorena y Mirna: ocupándose de su familia y, a la vez, desarrollando eficazmente su trabajo profesional.

Mi felicitación para Angélica y para las demás compañeras universitarias, por haber recibido el merecido reconocimiento “Mujeres de ideas largas” y de corazón sensible, agregaría.

Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.