No eludió su responsabilidad, pidió su infracción; la preferencia fue para la grúa

Señor Director:

En uso del derecho de réplica amable y respetuosamente solicito se publique esta respuesta en relación a la opinión vertida por un ciudadano en reacción a mi denuncia de la arbitrariedad cometida en contra de mi persona y mi patrimonio, por autoridades de Tránsito del Estado, le expreso todos mis respetos a su opinión, pero si le rogaría que leyera bien lo que expuse.

Lo que debe quedar muy claro es que defendí mis derechos y con lo que estuve muy en contra es el exceso y abuso con que se conducían los elementos de Tránsito en beneficio de los concesionarios de grúas.



Le reitero, jamás y nunca mencioné haberme estacionado en lugar prohibido o estorbando la circulación, sino que precisamente no había incurrido en tales anomalías, también deseo aclarar que no deseo hacerme la víctima, tan es así que le indique al elemento de Tránsito que si había determinado que merecía una infracción me haría cargo de ella, pero no de un acto tan arbitrario como lo es el uso de la grúa cuando no era indispensable en ese momento y lo que si es que se trataba de un gasto para un servidor y una ganancia que mediante el uso del poder busca se le beneficie a un tercero (concesionario) para que obtenga un lucro a través de un perjuicio cometido en este caso en contra mía, eso se llama tráfico de influencias y cohecho.

Lo que sí es muy de sentido común es defenderse, o acaso lo es más el dejarse que se cometan atropellos a diestra y siniestra agachando la mirada, yo digo que no debe ser así.

Es fácil apreciar que la opinión la emite alguien que si bien pudiera ser familiar de alguno de los involucrados también pudiera ser alguno de los mismos que intervinieron en la arbitrariedad, el cual al sentirse cobijado por la impunidad y protegido al ser parte de una dependencia de gobierno se siente intocable y no susceptible de caer en uno de esos atropellos, por lo que el resto de la población debemos permanecer inertes viendo como las autoridades pisotean nuestros derechos y abusan amparados en un uniforme que ya no impone respeto sino temor de que te caigan como la bola de montoneros y facinerosos que son.



Reitero que jamás estorbé el tránsito vehicular y que el motivo de mi publicación era inconformarme pues obligatoriamente utilizaron la grúa cuando me encontraba presente para hacerme responsable de la sanción y la medida reglamentaria contemplada era la multa, ya que el reglamento solo prevé la remoción de los vehículos cuando se estorba u obstaculiza la circulación o se obstruye un portón o acceso para personas con capacidades diferentes, lo cual no sucedió ya que no había portón, ni señal alguna de tránsito (adjunto fotos de hoy), ni mucho menos estaba en doble fila con lo que estorbara el paso de otras unidades, por tal razón el uso de la grúa no fue en estricto apego a la ley o Reglamento de Tránsito, sino por gusto de los oficiales en contubernio con el operador de la grúa.

Por último, respecto de todos los correos que han mandado el día de hoy, denostándome, no tienen importancia, ni para refutar cada uno, pues a leguas se nota que son enviados con nombres ficticios por las mismas autoridades de tránsito, puesto que no es creíble que tantos estén de acuerdo con tirarse al suelo para que le pisoteen sus derechos, máxime cuando aseguran que estuve mal estacionado sin haber estado presentes y pues ahí están las gráficas que hablan por sí mismas; se trata de un lugar donde siempre hay vehículos estacionados y no hay señalamiento de prohibición.

Por el contrario me da gusto que se hayan tomado la molestia porque su mensaje es claro para la sociedad, lo que aplica es la LEY DE HERODES...




Atentamente.
C. (Nombre).
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