Eric Silva Hernández, director del Instituto de Ciencias Básicas de la Universidad Veracruzana sostuvo que hasta el momento no se tiene evidencia científica de que el maíz y la canola de origen transgénico, muchos producidos por la empresa canadiense Monsanto, que se consumen en el país tengan algún efecto en la salud humana.
Entrevistado al término de la conferencia en que presentaron el programa del XIII Congreso mundial Sobre Nutrición Clínica, sostuvo que “tenemos intercambios continuos con la Universidad de Alberta en Canadá y ellos manejan alimentos transgénicos y no se tiene noticia de algún efecto”, como lo ha denunciado también la organización ecologista Greenpeace.
Y ejemplificó con la “canola”, no es propiamente una planta, sino una palabra compuesta por dos voces “can” de Canadá y “ola” de oil, aceite en inglés, que es un producto modificado genéticamente y a la fecha no se tienen noticias de que hayan tenido consecuencias con él, de hecho “es el mejor para consumirlo porque es el que menos problemas causa a la salud.”
El investigador de la UV, comentó que hay personas que tienen un rechazo a estos productos porque no son naturales, pero en lo personal no estoy en contra ellos, no hay evidencias de que afecten, de hecho ayer la DPA, una agencia sanitaria de Estados Unidos, ya autorizó el consumo humano de clones de animales porque no hay manera de distinguirlos de los naturales.
Finalmente, al cuestionársele sobre la resistencia a los antibióticos que algunas especies de maíz transgénico se dice que provocan en los humanos, dijo “fue hecho para resistir a las plagas, pero quien tiene el problema es el maíz, no el microorganismo que lo consume, no debe haber problema por lo tanto para el hombre.”