Imparables, las desapariciones en Veracruz

Adultos, niños y jóvenes desaparecen en Veracruz por las noches, por las tardes o al amanecer. Camino al trabajo, al salir de la escuela, al ir o regresar de una fiesta, al salir a la tienda, en jueves, en domingo, cualquier día de la semana e incluso en sus casas; de acuerdo con el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED).

Según ese sumario, Veracruz alcanzó en lo que va de la administración de Miguel Ángel Yunes el segundo lugar nacional en número de personas desaparecidas con expedientes federales, pues cerró diciembre con 202 casos. Guerrero conservó el primero, con 347.

Jorge Winckler Ortiz, titular de la Fiscalía General del Estado(FGE), admitió en enero pasado, ante el Congreso del Estado, que hay 3 mil 600 casos de desaparecidos.



Según la propia FGE, en Veracruz se han hallado 343 fosas clandestinas desde 2011 y se han exhumado 225 cuerpos, 335 cráneos y 30 mil 693 fragmentos óseos. Del total de fosas, 31 fueron descubiertas en 2017. Más de 9% apareció en el actual Gobierno, sin contar diciembre de 2016.

Sus familiares y amigos los buscan primero en el último lugar en que fueron vistos, en hospitales, ministerios públicos, reclusorios, depósitos forenses y, finalmente, en fosas o sepulcros clandestinos; auténticos abismos fragmentarios de datos, historias y crímenes.

Cuando hay un nuevo hallazgo de fosas, los familiares de desaparecidos se desplazan hacia esos sitios a buscar indicios. Como en otros aspectos de sus pesquisas, topan frecuentemente con el alto muro de la indiferencia, la ineficacia o la abierta obstrucción oficial.