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Sección: Estado de Veracruz

Fotógrafo de EU fue “levantado” y torturado en Córdoba; policías, involucrados

- John Sevigny relata para el sitio Medium cómo policías estatales y municipales lo golpearon y secuestraron

- Él y una amiga suya fueron llevados a un “complejo de cámaras de tortura” en las afueras del municipio

- Por casi dos días, la mujer fue violada en grupo; “alto mando” de Córdoba sabe que elementos trabajan para cártel

De la Redacción Xalapa, Ver. 10/02/2019

alcalorpolitico.com

Policías estatales y municipales de Córdoba participaron en el “levantón” y tortura del fotógrafo estadounidense John Sevigny y una mujer, apenas en enero pasado, denunció públicamente el propio periodista.

Sevigny, quien ha cubierto hechos de violencia en Centroamérica y recientemente el sur de Veracruz —“uno de los lugares más peligrosos en el mundo”—, relató en el sitio Medium lo ocurrido el pasado 8 de enero cuando se encontraba en dicho municipio en casa de su amiga y “a veces asistente”.

“Aquella mañana estaba viendo mi teléfono, leyendo cualquier tontería que veía en Twitter. Entonces miré hacia arriba y vi a más de una docena de hombres armados que parecían y sospechosamente actuaban como policías, avanzando por el frente y la puerta trasera”.



De acuerdo con el fotógrafo, después de lo ocurrido, un alto mando de la policía de Córdoba le confirmó que efectivamente eran elementos de seguridad que usaban su tiempo libre para trabajar para un cartel.

“No puedo controlar lo que hacen mis hombres cuando no están trabajando”, habría dicho tal oficial.

Sevigny cuenta que forcejeó con los hombres armados y golpeó a uno de ellos, prefiriendo morir que después ser desollado o hervido vivo en ácido.



“Alguien me agarró del cuello. Lo golpeé en los testículos. Alguien me pegó en la cabeza con una pistola, y alguien más disparó hacia el techo. Lo siguiente que supe fue que cuatro hombres me estaban cargando hacia un Sedan que esperaba afuera. Eran las 11 de la mañana, la ‘pelea’ duró quizá 20 segundos”.

El fotoperiodista detalla que su amiga fue subida a otro Sedan y ambos fueron llevados a una cámara de tortura, o “complejo de cámaras de tortura”, localizado a las afueras de Córdoba.

“Por casi dos días, mi amiga fue violada en grupo repetidamente, a mí me golpearon salvajemente, y ambos fuimos torturados en numerosas e imaginativas formas bien practicadas. No dormimos o comimos. No se nos permitía pararnos, caminar o hacer preguntas”



El secuestro, explica Sevigny, fue por confusión.

“Primero me acusaron de matar a alguien llamado Carlos. ‘¿Cuándo conociste a Carlos?’, ‘¿Y cuándo fue que decidiste matarlo? Sabes que tenía una familia’. (…) Acusaron a mi amiga de matar a una mujer llamada Cristina de Ciudad Juárez. Me acusaron de financiar la venta de drogas en Córdoba a pesar de que no hallaron ni drogas ni dinero en la casa de mi amiga”.

En su escrito, el fotógrafo descarta que haya sido secuestrado por sus fotografías, aunque comenta “no estar seguro”.



Además, dice que donde lo tuvieron al menos otros dos hombres fueron asesinados y 10 mujeres fueron violadas. A él, afirma, lo obligaron a inhalar cristal (metanfetamina), lo torturaron con agua helada y “otros feos detalles salidos del libro de jugadas de Guantanamo y Abu Ghraib”.

Sevigny explica que hoy, tras recibir ayuda de su embajada, ya se encuentra en Estados Unidos con su familia, mientras que su amiga se esconde lejos de Veracruz.

“Escribo esto porque la situación en Veracruz, los detalles por los cuales mi cuerpo tiene cicatrices y persiguen mi mente deben decirse. El agente del FBI Scott Dunn, quien habló conmigo dos veces en la Embajada de la Ciudad de México después de escapar de Córdoba, se niega a hablar con los medios. Lo que es parte de su trabajo —proteger a las víctimas. Se negó a ser entrevistado por un periódico estadounidense para discutir mi caso y ni siquiera confirmó que yo existiera.



“Seguramente hay gente que cree que estoy inventando esto. El jefe de policía en Córdoba no es uno de ellos. Tampoco Dunn. Tampoco mi amiga, quien se recupera de un ataque sexual tan cruel y sádico que incluso sorprendió a oficiales de la Embajada cuando les conté”.