Por su condición geográfica, los municipios de La Perla, Nogales, Río Blanco y Mariano Escobedo se han convertido en un cementerio clandestino, donde se han detectado fosas y el hallazgo de al menos 17 cadáveres.
Ejidatarios de Río Blanco coincidieron en esto, al señalar que desconocidos irrumpen en los predios para abandonar cuerpos, sin que se logre una acertada labor preventiva.
"La gente tiene temor, no le gusta meterse en problemas. A veces se oye a los perros que ladran pero uno no está para andarle jugando al héroe", señaló un ejidatario de la colonia Venustiano Carranza, en la congregación Vicente Guerrero de Río Blanco.
En el lugar, el año pasado se exhumaron de dos fosas clandestinas siete cuerpos. En Mariano Escobedo dos, en La Perla se hallaron dos casas de seguridad y se rescató a una doctora que había estado secuestrada.
En Acultzingo se halló en 2019 una fosa clandestina y otra más en Ixtaczoquitlán. Los terrenos donde se detectan estos delitos son laderas de montaña y planicies de difícil acceso.
Para el caso de algunos municipios, la incursión de la Policía Rural sería una necesidad para coordinar operativos en terrenos agrestes de difícil acceso pero hasta el momento no hay nada que dé certeza a evitar que este tipo de delitos se sigan cometiendo.