Opina Obispo de Coatzacoalcos que en inseguridad “aún no se toca fondo”

Cuando se cree que ya se tocó fondo en materia de seguridad, los hechos delincuenciales siguen presentándose, lamentó el Obispo de la Diócesis de Coatzacoalcos, Rutilo Muño Zamora, tras el reciente ataque armado sufrido por una familia en ese municipio.

Dijo que ahora duele más cuando se observa que hasta los menores son blanco de los actos criminales, como ocurrió con la masacre de Minatitlán, del pasado mes de abril, en la que pereció un bebé de un año, así como el municipio porteño del sur en el que otro niño de dos años fue baleado.

Tras expresar que es muy lamentable lo que ocurre en la zona sur, que es de las más golpeadas por la delincuencia, el líder católico aseguró que esos hechos “son consecuencia de cómo se ha ido perdiendo el respeto por la vida y de todo; (pero) queremos y deseamos que esto mejore”, manifestó el prelado.



Entrevistado en esta capital, destacó que hay desesperación, porque los actos delictivos son cada vez mayores, por lo que expresó que es necesario ir reflexionando lo que está haciendo como sociedad y en general como Iglesia.

“Es difícil de hacer un balance pero vemos cómo sigue golpeando muchísimo la violencia y la inseguridad (...) En nuestra región, lo que más se sigue presentando es la extorsión, secuestros, robos y la desconfianza que sigue habiendo en la ciudadanía. Pero siempre hay luces, por eso pedimos a Dios y hacemos oración”, comentó.

Dijo que el llamado para que la ciudadanía se proteja como Iglesia siempre ha habido, pero sobre todo tiene que darse más a nivel de la ciudadanía, por ejemplo como el sector empresarial que tienen posibilidades más fuertes para presionar y buscar estrategias que ayuden a las autoridades a mejorar la seguridad.



Es importante también buscar cómo lograr que todos “podamos hacer algo más desde nuestras responsabilidades para poder disminuir e ir tomando conciencia de qué buscar para superarse”.

Finalmente, en relación con la llegada de la Guardia Nacional dijo que sí ha habido una mejoría porque inhibe, pero cuando hay secuestros o extorsiones no pueden actuar porque no hay denuncias pues la mayoría de los afectados no las interponen, “y sigue este ambiente de inseguridad real”.